El Instituto de Estudios Económicos ha realizado un minucioso análisis del impacto económico de la crisis de la covid-19. El think tank fundado en 1979 considera que la caída del PIB proyectada para 2020 puede superar el 10%, mientras que el descenso del empleo se situaría en el entorno del 12%.
El análisis del IEE gira en torno a un modelo de impacto sectorial. Esto permite estimar la caída de la producción en cada uno de los distintos ámbitos de producción empresarial y, además, permite conocer el efecto de cada caída en los demás sectores, explorando así los lazos que unen a los sectores económicos de forma directa, indirecta e inducida.
El informe estima que las medidas económicas que ha anunciado el gobierno tendrán un impacto de 69.957 millones de euros, como resultado de distintas propuestas que generarán menos ingresos o más gastos para las AAPP.
De todas las medidas anunciadas, las que tienen un impacto más positivo son los créditos avalados por el ICO (pueden salvar hasta el 8,6% del Valor Añadido Bruto creado por el PIB, manteniendo así 1,7 millones de empleos). También los ERTE pueden tener un impacto favorable, pero todo dependerá de su extensión: zanjar su validez en verano aumenta el VAB un 1,9% y mejora los datos de paro en 377.000 ocupados, pero extender su aplicación hasta diciembre permite un impacto mayor en el VAB (4,6%) y el mercado laboral (906.000 empleos). Esto implica que medio millón de empleos pillados en ERTE se perderán si los plazos del gobierno no son flexibles. De momento el plazo de expiración de los ERTE está en el 30 de junio, aunque el Gobierno ha abierto la puerta a ampliarlo.
Por ramas de actividad, la siguiente tabla detalla las caídas esperadas en términos de facturación, valor añadido bruto y empleo creado. Los descensos más acusados serán para los servicios de alojamiento, las actividades inmobiliarias y la construcción, la fabricación de vehículos y el comercio mayorista y minorista.