Quim Torra cree que el cierre de las plantas de Nissan en Cataluña es reversible si las administraciones, los sindicatos y la patronal mantienen una "unidad granítica". "Yo he trabajado en una multinacional y sé que es difícil, pero siempre hay un 'pero' y el 'pero' en este caso es la unidad que debemos mantener en este tema".
Entrevistado en la emisora pública de la Generalidad, Catalunya Ràdio, el presidente regional ha ponderado las virtudes de la cohesión entre las administraciones aunque no se ha privado de criticar a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, por el monto, a su juicio insuficiente, del plan para la automoción. Según Torra, los 1.500 millones que el Gobierno destinará al sector serían los que se necesitarían sólo en Cataluña.
Consciente de que el problema de Nissan excede de sus fuerzas, Torra ha tratado de desviar el foco al asegurar que el cierre de las plantas catalanas de Nissan "no es un problema catalán ni español, es un problema europeo, es Europa quien pierde todos estos puestos de trabajo".
Además, Torra ha cargado con inusitada dureza contra los directivos de Nissan en Europa. Al tiempo y en un tono áspero ha asegurado que "nosotros no atenderemos ni nos pondremos en contacto ni reconocemos al representante de Nissan Europa. Nosotros queremos hablar con Nissan Japón y por tanto nosotros obviaremos cualquier intento de contacto que quieran tener con el gobierno de Cataluña porque nos han engañado y menospreciado".
Pese a esas pretensiones, la Generalidad no ha conseguido que en Nissan Japón descuelguen el teléfono para hablar con los representantes autonómicos. Sea como fuere, Torra considera que las formas de Nissan Europa no han sido las adecuadas porque "no te pueden decir que cierran una planta de tres mil trabajadores en una videoconferencia de diez minutos y sin ninguna memoria justificativa y encima en diciembre". Así, Torra ha dicho que cuando logren hablar con los directivos japoneses exigirán esa memoria.