El mercado laboral estadounidense atravesaba un momento particularmente dulce en los últimos años. Las cifras de paro estaban en mínimos históricos, no solo entre el conjunto de la población, sino también entre los grupos y colectivos que tradicionalmente han presentado peores datos de empleabilidad (mujeres, afroamericanos, hispanos, trabajadores poco cualificados, etc.).
La pandemia del Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión y ha golpeado a la economía norteamericana con un duro shock cuyas consecuencias aún son inciertas. En el plano laboral, un total de 25 millones de personas han llegado a solicitar una prestación por desempleo durante las últimas semanas, lo que da buena cuenta del duro golpe que ha supuesto el coronavirus.
Sin embargo, estos datos han empezado a mejorar en los últimos días. De hecho, a lo largo de la última semana se ha registrado una fuerte caída en el número de beneficiarios de estas prestaciones. Coincidiendo con la acelerada reapertura que han decretado distintos gobiernos estatales, el número de desempleados ha empezado a caer.
Aunque el efecto calendario sugiere que Estados Unidos tiene aún por delante varias semanas de graves dificultades sanitarias, la reanudación de la actividad económica y la adaptación al patógeno han favorecido una caída en el número de parados cercana a los 4 millones de personas, de modo que el total de beneficiarios de esta prestación ronda ahora los 21 millones de desocupados.
También se observa una mejora en el número de nuevos solicitantes. El último dato disponible es de 1,9 millones, muy por debajo del pico registrado a comienzos de abril, cuando la cifra total de personas que reclamaron este tipo de ayuda llegó a 6,2 millones. En total, el gobierno federal estima que entre el 12,7% y el 18,1% de la población activa está en paro, lejos del mínimo del 3%. De modo que el paro está cuatro y seis veces por encima de los niveles registrados antes de la pandemia, pero ya empieza a caer.
El siguiente gráfico muestra el desigual impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral de los distintos territorios del país. En Nueva York, los beneficiarios de la ayuda al desempleo rondan el 21,1% de la población activa, mientras que en California alcanzan el 12%. Texas se mueve en torno al 10%, mientras que Florida registra un 6,5%.
Está por ver qué porcentaje de los parados será reincorporado en el corto plazo. Las encuestas que privadas de las que se ha hecho eco el gobierno federal apuntan que el 78% de los despidos son, a priori, temporales, pero la materialización de esa rápida recuperación de casi ocho de cada diez de los trabajos perdidos dependerá también de las estrategias de desescalada.