Son muchos los factores que ahora mismo ejercen influencia sobre el oro. La crisis sanitaria ha impactado en las economías de todo el mundo en mayor o menor medida y la incertidumbre es máxima a la hora de predecir qué puede suceder en el futuro inmediato y, más difícil todavía averiguar cómo afectará en el largo plazo. Por esto motivo el oro ha vuelto a convertirse en el valor refugio por excelencia, pero de una manera distinta en esta ocasión.
Y esa manera distinta es que el coronavirus también ha impactado de lleno en la cadena de suministro de este metal precioso. La covid-19 ha obligado a cerrar minas, algunas refinerías y ha restringido el transporte intercontinental para abastecer la demanda.
Falta de oferta
Expertos en el sector recuerdan que "cuando la pandemia explotó, la demanda de metal se disparó, haciendo que las estanterías de muchos distribuidores se vaciaran, sin posibilidad inmediata de reposición y creándose un cierto desabastecimiento", lo que provocó un fuerte incremento del precio del oro físico, nos cuenta Tomás Epeldegui, director de la delegación de Degussa España.
Desde SEMPI Gold España, su director de comunicación, José María Martínez, coincide y cuenta cómo en Europa "las refinerías de oro tienen más demanda que oferta. En muchos casos las refinerías y casas de moneda están retrasando los pedidos porque no dan abasto, debido a la falta de producto procedente de las minas, por los cierres ante el contagio por el coronavirus de sus trabajadores o por la imposibilidad de contar con transporte aéreo de cargo" que traslade el metal.
Explosión de demanda
Y a esta situación hay que sumar, que la restricción en la extracción, refino y distribución del oro ha venido acompañada de una explosión en la demanda del metal precioso: "En nuestro caso", dice José María Martínez, de SEMPI Gold España, "el aumento de demanda ha sido tremendo. Si comparamos con el mismo periodo del año anterior hemos doblado en demanda, facturación y dinero dedicado a la compra de oro físico, por parte de nuestros clientes".
En el caso de Degussa, su director destaca que "se ha generado una gran diferencia entre los que disponemos de metal para venderlo y entregarlo de manera inmediata" y los que tienen que aplazar la entrega. Al final "son semanas de incertidumbre" que favorecen a quienes cuentan con el metal.
Cierre de la mayor mina de Sudáfrica
El cierre de minas no es un asunto menor. Dice José María Martínez que "en Sudáfrica ha tenido que cerrar Mponeng, la más grande del mundo, situada en el nordeste de Sudáfrica y tuvo que cerrar de manera temporal por el positivo de 164 de sus trabajadores infectados de coronavirus". Esta situación ha afectado a otras minas en la industria de la extracción de metales preciosos.
¿Qué ha supuesto el cierre de estas minas? De nuevo, la paralización de entregas de barras para su refino y, por lo tanto, para el funcionamiento de la cadena que va de la mina a la refinería y a las casas de moneda. Es decir, "durante cerca de un mes ha habido un colapso de abastecimiento que ha afectado a la fabricación de lingotes y acuñación de monedas de inversión", dice José María Martínez.
Desde Degussa, su director para España recuerda, no obstante que "Sudáfrica ya no es el mayor productor del mundo" como sucedía hace años. En cualquier caso, "todavía es difícil recuperar el 100% de actividad ya que hay minas que por rentabilidad corren el riesgo de cerrar al no ser rentable la producción con los estándares de calidad y seguridad en el trabajo requeridos actualmente".
La tormenta perfecta
Así pues en el mercado del oro confluyen ahora dos situaciones que favorecen nuevas subidas en el precio del metal precioso que podría afectar también al de la plata: por un lado un apetito inversor creciente que multiplica la demanda, y al mismo tiempo, una restricción de oferta fruto del impacto de la covid-19 en la cadena de suministro del mineral.
¿Por qué hay un pico a la baja justo con la pandemia?
Si nos fijamos en la evolución del precio de referencia de la onza de oro en los últimos meses vemos una tendencia alcista casi ininterrumpida salvo por una caída en picado coincidiendo con las fuertes caídas de mercado que se produjeron en esos momentos y que son las mayores registradas en la historia.
La razón, cuenta José María Martínez, de SEMPI Gold España, es sencilla, durante aquellos violentos desplomes bursátiles y ante ellos, grandes inversores en todo el mundo necesitaron hacer acopio de liquidez, por lo que tuvieron que vender sus posiciones, entre otros activos, de oro físico, para tratar de tapar los boquetes que se abrían en sus negocios. Esas ventas masivas de oro provocaron caídas en el precio.
¿Ha tocado techo?
Desde Degussa, su director para España Tomás Epeldegui, nos recuerda que el oro está actualmente en máximos de los últimos 7 años. Según su análisis, esa subida comenzó a finales de 2018, cuando se produjo el récord de compras por parte de los bancos centrales. "De cara a 2020 se esperaba que la economía mundial se ralentizara", pero la crisis del coronavirus no se había previsto.
Los expertos consultados por Libre Mercado explican que no entra en sus planes un frenazo en la subida del precio del oro, ya que la crisis de la covid-19 va a obligar a las economías de todo el mundo a implementar medidas monetarias y fiscales sin precedentes, y estiman que esto puede tensionar al alza la inflación restando poder adquisitivo a las monedas de todo el mundo, sacando a relucir, más que nunca, esa característica del oro como refugio de valor.
Por su parte, José María Martínez, de de SEMPI Gold España considera que "el precio spot de Nueva York o el fixing de Londres aún no ha tocado techo, con un buen camino por recorrer al alza entre el tramo actual de 1.726 dólares la onza y el pronosticado por los analistas internacionales que puede rondar los 1.900 dólares la onza antes de final de año".
En este sentido, Tomás Epeldegui recuerda que, aunque se diga actualmente que el oro está muy caro, lo mismo se dijo cuando llegó a los 500 dólares, a los 800 o a los 1.200. "No tenemos una bola de cristal, pero a mi modo de ver, el techo está lejos", sentencia.