El coronavirus ha provocado un fenómeno insólito en las cuentas de la Seguridad Social: España ha perdido jubilados, altas de jubilación y ha disminuido la factura de las pensiones. Con una población tan envejecida como la nuestra, donde el aumento de la esperanza de vida y las bajas tasas de natalidad han invertido por completo la pirámide poblacional, sólo una pandemia como la que azota el país podría provocar este cambio de paradigma.
Ayer martes, el Ministerio de Seguridad Social publicaba las cifras de la evolución de las pensiones en mayo, con un resultado que revela que los dramáticos fallecimientos de los mayores de 65 años por el coronavirus están dando la vuelta a todo tipo de estadísticas. Así, en el quinto mes del año, la nómina de las pensiones contributivas cayó por primera vez en la historia. En concreto, a día 1 mayo, el gasto en pensiones dirigido a estos cotizantes ascendió a los 9.853 millones de euros, lo que supuso un incremento del 2,52% respecto al mismo mes del año pasado, pero una caída del 0,27% respecto a abril, la primera de la serie.
En España, tradicionalmente, el gasto en pensiones sube año a año y mes a mes debido no sólo a que cada vez hay más jubilados, sino a que los que entran en el sistema, cada vez cobran más. Es por este motivo por el que la evolución de las pensiones en marzo y abril ya había empezado a verse alterada por la pandemia, con menos jubilados y menos altas. Pero no ha sido hasta ahora, cuando se ha visto reducida la factura total.
De esta cifra, más de dos tercios de la nómina se destinaron al abono de las pensiones de jubilación, cuyo montante ascendió a 7.049 millones de euros. A las pensiones de viudedad, se destinaron 1.698 millones y a la partida por incapacidad permanente, 940 millones. Por su parte, a prestaciones de orfandad se dedicaron 139 millones, según el departamento que dirige José Luis Escrivá.
Pensiones y pensión media
Respecto al número de pensiones contributivas en el conjunto del Sistema, fueron 9.754.137 pensiones las que se registraron en mayo, 38.508 menos que el mes anterior y 45.258 menos si se contabilizan los meses de marzo y abril conjuntamente, abarcando así toda la crisis de la covid-19.
Hay que aclarar que estas cifras, aunque son significativas, no hacen una referencia exacta al número de pensionistas en España, ya que muchos de ellos pueden cobrar dos y hasta tres prestaciones. Por ejemplo, en abril, el último mes con datos, había en España 8.889.909 pensionistas, 6.503 menos que en marzo y 14.880 menos que en febrero. De nuevo, otro dato muy poco habitual.
La pensión media del Sistema, que comprende las distintas clases (jubilación, incapacidad permanente, viudedad, orfandad y a favor de familiares), alcanzó en mayo los 1.010,11 euros mensuales, lo que supuso un aumento interanual del 2,03%, mientras que la pensión media de jubilación ascendió a 1.160,6 euros, un 2,02% más respecto al año pasado. Por su parte, la pensión media de viudedad fue de 724,6 euros al mes.
Se hunden los nuevos jubilados
Respecto a los nuevos jubilados, las altas se hundieron en abril, último mes con los datos disponibles. En concreto, en el cuarto mes del año se registraron 31.232 altas, un 32,2% menos que el mismo mes del año pasado (46.051) y un 13,9% menos que en el mes anterior (36.274).
En este punto, el analista económico y profesor de EAE Business School, Juan Carlos Higueras, considera que "para contabilizar de forma más adecuada la caída en las pensiones, habría que tener en cuenta también el aumento esperado en el número total si no hubiese sobrevenido la crisis sanitaria en la que nos encontramos. Centrándonos en los datos del mes de mayo y comparándolos con el mismo mes de años anteriores vemos que en mayo de 2019 hubo 52.980 altas en el sistema de pensiones, con una tasa de crecimiento medio anual del 3,5% entre 2015 -2019. Así, si aplicamos este baremo a 2020, de no haber aparecido el coronavirus las altas habrían sido de 54.850. Por tanto, la disminución real de pensiones durante el presente mes ha sido de 93.358, no de 38.508 como se ha dicho".
Oficinas de la Seguridad Social, cerradas
El departamento que dirige Escrivá ha reconocido que las estadísticas que muestran "un descenso en el número de pensiones y de pensionistas" son el reflejo de que el coronavirus se ha cebado con la vida de los más mayores, aunque también achaca los datos al "cierre de oficinas y a la situación de confinamiento", la misma justificación que dio el mes pasado. Como ha pasado con todos los edificios abiertos al público de actividades consideradas no esenciales, las oficinas de la Seguridad Social dejaron de prestar atención presencial por el estado de alarma. Por tanto, para solicitar su jubilación o realizar el resto de trámites, los futuros jubilados sólo pueden llevarlos a cabo por la vía telemática o telefónica. Si tenemos en cuenta de que se trata de personas mayores, lo cierto es que la dificultad de realizar estos trámites es todavía mayor. "Esto ha motivado que una parte de los ciudadanos opten por retrasar las gestiones con el organismo", asegura Seguridad Social.
"También hay que tener en cuenta cómo ha influido la pandemia de covid-19 en términos de mortandad sobre el conjunto de la población y, en mayor medida, sobre el colectivo de las personas de mayor edad", admiten. Aunque no es posible saber cuántos mayores de 65 años han fallecido en España a causa de esta terrible enfermedad, ya que el Gobierno no ha realizado las pruebas a todos, el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) en España, revela que del 17 de marzo al 20 de mayo de 2020, fallecieron 77.444 personas mayores de 74 años (26.236 más que lo estimado teniendo en cuenta lo sucedido en el mismo periodo entre 2008 hasta 2019) y 13.336 personas de entre 65 y 75 años, 3.506 más de lo estimado, que podrían atribuirse casi exclusivamente al coronavirus.
Más de 30.000 millones en créditos a la Seguridad Social
A pesar de que el gasto en pensiones se haya visto mermado a costa de la vida de las víctimas del coronavirus, se trata de una caída muy pequeña teniendo en cuenta el profundo agujero que sufre la Seguridad Social, por lo que sus cuentas continúan tensionadas y estos datos, aunque sean históricos, no cambian nada. "Estamos hablando de 26,38 millones de euros, algo poco significativo comparado con el montante de 9.853 millones que mensualmente tiene que abonar una Seguridad Social que tiene un déficit histórico por la insostenibilidad del sistema. Considerando que en los próximos años se incorporarán los baby-boomers, aumentará la longevidad de nuestra población y habrá mayores bases de cotización, el impacto sobre las arcas públicas será mucho mayor. Es necesario el rediseño total de nuestro sistema de pensiones si queremos mantener una tasa de sustitución similar a la que actualmente hay del 78%", señala el profesor.
Al hecho de que a la población activa cada vez le resulte más difícil costear unas pensiones públicas que garanticen el nivel de vida de los recién llegados a la jubilación, se le suma que la pandemia ha incrementado el gasto en todo tipo de prestaciones, como los ERTE o las de cese de actividad de los autónomos.
Por ello, el Gobierno aprobó ayer más créditos para "mitigar el impacto de la crisis de la covid-19 en las cuentas de la Seguridad Social, dotándola de recursos ante la previsible reducción de los ingresos del sistema respecto a las previsiones iniciales". Así, el Consejo de Ministros dio luz verde a un préstamo a la Tesorería General de la Seguridad Social, por un importe de 16.500 millones de euros, "con el objetivo de lograr una cobertura adecuada a las obligaciones de la Seguridad Social". También aprobó un crédito extraordinario en el Ministerio de Seguridad Social por un importe de 14.002 millones de euros "para equilibrar el impacto en las cuentas de la Seguridad Social derivado de la covid-19, sobre todo con los ERTE aprobados y las prestaciones por cese de actividad a los autónomos para reducir los efectos de la pandemia en el empleo". Por tanto, en sólo un día el Ejecutivo socialista inyectó más de 30.000 millones a la Seguridad Social, de los que la mitad computará como deuda, y se sumará a los 55.000 millones de pasivo con el que cerró este organismo en 2019 y a los sucesivos créditos que han ido aprobando para pagar la factura de los pensionistas. El pasado año, la Seguridad Social terminó con un déficit de más de 16.000 millones.
El próximo mes de junio hay que pagar la extra de las pensiones y la hucha está casi vacía —aunque Sánchez no quiere hacerse la foto vaciándola del todo—, lo que obliga a la Seguridad Social a financiarse a través de deuda. "En los meses de junio y noviembre, la Seguridad Social abona conjuntamente la nómina ordinaria y extraordinaria de las pensiones, un desembolso de en torno a 20.000 millones de euros y que puede generar tensiones de liquidez al Sistema tras las medidas excepcionales tomadas por la pandemia de covid-19", reconoce la Seguridad Social. Aunque recuerdan que el sistema "se financia con cargo a los recursos del sistema, principalmente mediante cotizaciones de trabajadores y empresas", es evidente que esas partidas no son suficientes.