El servicio de estudios de JP Morgan ha publicado un interesante informe en el que, ajustando los datos para considerar el efecto calendario, analiza los datos de infecciones por coronavirus de los distintos territorios de Estados Unidos, con ánimo de considerar si el levantamiento del confinamiento y de las medidas de aislamiento social ha provocado un repunte en la propagación de la infección.
El indicador clave para medir esta cuestión es el llamado número básico de reproducción o tasa reproductiva básica (R0). Esta medición estudia el número promedio de nuevos contagiados que genera cada infectado. Se trata, pues, de una métrica vital para estudiar hasta qué punto los brotes epidémicos tienen mayor o menor velocidad de propagación.
JP Morgan encuentra que el levantamiento de las medidas restrictivas "no ha supuesto un aumento en las tasas reproductivas de la infección". Sus conclusiones se pueden ver en el siguiente gráfico, que recoge en el eje horizontal el nivel de R0 alcanzado al final de la fase de confinamiento y recoge en el eje vertical la evolución de dicho indicador desde entonces.
Este hallazgo ha invitado a los analistas de la entidad financiera a realizar un cálculo parecido a nivel internacional. El resultado es aún más llamativo: el desconfinamiento ha venido de la mano de una menor propagación, en vez de darse un repunte en R0. Así lo refleja el siguiente gráfico, que calcula el porcentaje de aumento en los contagios antes y después de las medidas de aislamiento social.
La conclusión de JP Morgan es que la enfermedad de la covid-19 "tiene sus propias dinámicas, que no están relacionadas con las inconsistentes medidas de cerrojazo socioeconómico que fueron implementadas a nivel mundial". El servicio de estudios de la casa que dirige Jamie Dimon considera que "el confinamiento estaba justificado en un primer momento, pero su extensión no tomó en cuenta que el impacto en el corto, medio y largo plazo de una economía devastada".
Los datos que presenta la entidad desmontan, pues, la lenta y dilatada "desescalada" del gobierno español, que en vez de mantener el Estado de Alarma de forma breve, para adaptar la capacidad sanitaria y facilitar la reapertura de una economía adaptada al patógeno, parece empeñado en mantener todo tipo de restricciones durante un periodo muy dilatado que ya abarca casi dos meses y medio.
La experiencia de Austria
El informe de JP Morgan no sugiere un enfoque de aislamiento light como el de Suecia, pero parece decantarse por el modelo austriaco como fórmula ideal. Las autoridades de dicho país tomaron la decisión de imponer reglas de aislamiento social, pero limitaron la duración de este confinamiento a un calendario mucho menos duradero que el que vemos, por ejemplo, en España.
En Austria, el número de infectados y de nuevos contagiados ha seguido una curva descendente desde que se reabrió la economía, tal y como se muestra en el siguiente gráfico.