El gobierno holandés, que tantas ampollas ha levantado en Moncloa con su negativa a mutualidad la deuda europea, sigue un propio camino muy distinto al español en materia fiscal. Un buen ejemplo es su apuesta por permitir el aplazamiento del pago de impuestos con intereses simbólicos, que apenas suponen el 0,01%.
Por lo general, la Agencia Tributaria holandesa aplica unos intereses de demora del 4% cuando los contribuyentes no pagan los impuestos debidos dentro del plazo estipulado. En el caso de las empresas, este recargo puede llegar a ser del 8%. Sin embargo, el gabinete que preside Mark Rutte ha revisado a la baja estas obligaciones, hasta dejarlas en niveles simbólicos.
Como no es posible dejar en el 0% los intereses de demora, se ha fijado un tipo simbólico del 0,01%. La medida entrará en vigor a partir del segundo trimestre, para aliviar la factura fiscal de empresas y contribuyentes ante la crisis de la covid-19. Inicialmente, la medida será una inyección de liquidez para el tejido empresarial, que podrá retrasar sus pagos trimestrales sin apenas abonar intereses a cambio. En 2021, esta beneficiará también a las familias, puesto que su declaración de la renta también estará sujeta a este tratamiento.
En paralelo, también se ha permitido un retraso de hasta seis meses en la presentación de las declaraciones del IRPF correspondientes al pasado año. De nuevo, el foco está puesto en ayudar a los contribuyentes a aplazar sus pagos a Hacienda y, puesto que estos tributos constan como derechos reconocidos, no supone un empeoramiento de las cifras oficiales de déficit.
Según explica Foro Regulación Inteligente en un documento de trabajo, muchos países de la OCDE han apostado por permitir plazos más amplios en los pagos de IVA, IRPF, Sociedades o Cotizaciones Sociales. Son menos los que también han incluido una cláusula que ayude a aplazar estas obligaciones hasta 2021. En este selecto club entra Holanda, pero también Alemania, Islandia, Letonia, Lituania, México, Polonia, Reino Unido, Suecia o Suiza. El país helvético sí ha eliminado por completo los intereses de demora en dichos aplazamientos.