Hace ahora dos meses, en la tercera semana de marzo, Foro Regulación Inteligente publicó su I Panel de Análisis COVID-19. Los diez estudios de proyecciones macroeconómicas disponibles entonces anticipaban un descenso medio del PIB de 2020 equivalente al 5,5%. Las sombrías previsiones económicas que se manejaron desde el primer momento del confinamiento deberían haber animado al gobierno a diseñar lo antes posible un plan de reapertura económica rápido, seguro y flexible.
Sin embargo, dos meses después, la situación de nuestro país es mucho peor de lo que cabría haber esperado. Son muchos los sectores o los ámbitos de actividad económica que siguen cerrados y el calendario de reapertura que ha esbozado el gobierno retrasa la normalización de muchos de estos negocios hasta junio o incluso julio. A estas circunstancias hay que sumarle el sectarismo político con el que se está manejando el proceso de desescalada, evidenciado por el arbitrario y discriminatorio cerrojazo impuesto a Madrid.
¿Qué coste está teniendo la torpe estrategia de salida permitida por el gobierno de Sánchez? Foro Regulación Inteligente ha respondido a esta pregunta con su II Panel de Análisis COVID-19, en el que se evalúan veinte informes de proyecciones macroeconómicas publicados durante el último mes. Se trata, pues, de una actualización y una ampliación de los primeros trabajos estimativos conocidos a finales de marzo, cuando el escenario de referencia esperado por todos los expertos era el de un mes de cerrojazo y otro de progresiva normalización.
Según los estudios incluidos en el II Panel Covid-19 de Foro Regulación Inteligente, el escenario medio de evolución del PIB apunta ya a un descenso de la producción del 9,9%. Por debajo de dicho umbral se sitúan las previsiones optimistas, correspondientes a la Comisión Europea, el gobierno de España, AFI, Standard & Poor’s, Fondo Monetario Internacional, Moody’s, BBVA, MAPFRE, CaixaBank, Funcas y CEPREDE. Al contrario, las previsiones pesimistas serían las de AIREF, Cámara de Comercio, Axesor, Banco de España, CEOE, Goldman Sachs, Freemarket CI, Morgan Stanley y ESADE.
Comparando el I y el II Panel Covid-19, encontramos que la caída media esperada en el PIB ha aumentado en un 80%. Por lo tanto, si bien una recesión era inevitable, el alcance de la misma ha sido mucho mayor debido a la torpeza con la que el gobierno de Pedro Sánchez ha manejado la estrategia de contención, adaptación y reapertura.
Estas proyecciones de PIB significan que la caída media esperada para 2020 ascendía en marzo a 69.000 millones, pero se eleva ahora a 123.000 millones, lo que significa que el lento, incierto y restrictivo proceso de reapertura ha aumentado el coste de la crisis en un monto equivalente a 54.000 millones de euros.