Ignacio Briones llegó al ministerio de Hacienda de Chile en octubre de 2019. La ola de protestas que vivió el país durante varias semanas animó al presidente Sebastián Piñera a impulsar una crisis de gobierno que reemplazó a buena parte de su gabinete y preparó el desembarco de reformadores como Briones.
A lo largo de su trayectoria profesional, el nuevo ministro ha sido profesor universitario, consultor y directivo en diversas empresas. Durante el primer mandato de Piñera ocupó un alto cargo, coordinado la sección de Finanzas Internacionales del ministerio que ahora dirige. En paralelo, se encargó de la diplomacia económica de Chile ante el G-20 o de la embajada del país latinoamericano ante la OCDE.
Ahora que la crisis del coronavirus ha golpeado al país, Briones se ha propuesto darle un vuelco a las finanzas públicas chilenas a través de la implementación de un novedoso programa de revisión de gasto que, en esencia, pretende dejar atrás los procesos tradicionales de la Administración Pública y aplicar el concepto del Presupuesto de Base Cero (PBC).
Las claves del PBC
En un vídeo oficial del ministerio, Briones ha admitido que "vivimos tiempos difíciles" y que "el manejo de los temas prioritarios para las familias exige nuevas formas de pensar y actuar". En consecuencia, el titular de Hacienda ha anunciado que su departamento va a hacer "un ejercicio de pensar cómo gastar mejor y cómo distribuir mejor el presupuesto, para poner los recursos allí donde más se necesitan.
"Hoy se inicia un proceso histórico. Comenzamos el camino para que Chile tenga un presupuesto de base cero y ajustado", ha declarado el encargado de las finanzas públicas del país latinoamericano. Como ha explicado Libre Mercado, este protocolo de diseño de presupuestos tiene una larga trayectoria en la esfera privada pero no ha sido implementado con tanta frecuencia en el ámbito de lo público.
Briones explica así el funcionamiento del PBC: "cada año, el Estado prepara su presupuesto de gasto público pero el problema es que llevamos décadas haciéndolo con inercia. Básicamente, esto significa que definimos el presupuesto futuro en función de lo que ha sido en el pasado. Le sumamos un poco por aquí o un poco por allá, pero básicamente mantenemos la misma estructura de siempre".
"Cada vez que compramos en un almacén o que cobramos un salario, parte de ese dinero entra en las arcas públicas. Son miles de millones que todos aportamos a través del pago de impuestos, tanto a nivel individual como a título empresarial. Es nuestro deber moral como gobernantes asegurarnos que usamos esos recursos lo mejor posible y que las prioridades sean las correctas", subrayó.
"El presupuesto de base cero es una metodología que nos permite repensar el presupuesto y plantear las prioridades de gasto desde la raíz. Este trabajo implica un trabajo muy arduo, de modo que quiero agradecer desde el primer momento a nuestros funcionarios el esfuerzo que van a hacer en las próximas semanas", recalcó Briones.
El titular de Hacienda ha concluido su presentación del PBC anunciando que, "al implementar esta metodología, Chile tendrá un gasto público eficiente, más transparente y ajustado a las necesidades ciudadanas".
El cuadro fiscal chileno
A lo largo de los años 90 y de la primera década de los 2000, la deuda pública chilena bajó del 45% al 5% del PIB. Sin embargo, los diez últimos años han estado marcados por un repunte continuado del endeudamiento público, hasta situar las obligaciones del Tesoro en el entorno del 25% del PIB. La crisis de la covid-19 provocará un aumento de estos desequilibrios, de modo que Briones ha optado por dar un giro de 180 grados e implementar el PBC como respuesta.