El sector ganadero valenciano ha emitido un comunicado bastante duro contra las medidas adoptadas por la Consejería de Agricultura de la Comunidad Valenciana, ocupada por Mireia Mollà, de Compromís. La administración ha excluido a las explotaciones ganaderas de bous al carrer, toros bravos que se utilizan para los populares encierros, de las ayudas aprobadas para paliar la crisis del coronavirus. Una decisión que aboca, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y la Asociación de Ganaderos de Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana, a sacrificar 6.000 reses bravas.
Ambas asociaciones han mostrado su "incomprensión y estupor a la exclusión de este colectivo que en el último momento ha introducido Compromís en las ayudas autonómicas destinadas a los sectores agrícolas y ganaderos afectados por la covid-19", en un comunicado conjunto.
Lo cierto es que la suspensión de los festejos taurinos ha dejado a este tipo de ganadores sin ingresos, pero con los mismos gastos. Además de los gastos fiscales, se suman los de mantenimiento del propio ganado, que este año se multiplicará al no celebrarse dichos eventos. Con todo ello, estas ganaderías esperaban recibir algún tipo de apoyo por parte de las instituciones hasta que se volviera a la normalidad. Pero, desde la Comunidad han decidido dejar fuera al sector.
El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, ha asegurado en comunicado que: "la posición sectaria, ideológica y con mala fe que está exhibiendo Compromís ante este sector ganadero viene a sumarse a la estrategia malintencionada de no hacer lo suficiente frente a los crecientes daños que ocasiona la superpoblación de fauna salvaje sobre la agricultura valenciana".
De hecho, el malestar es tal que desde estas asociaciones ya han asegurado que convocaran las manifestaciones y movilizaciones necesarias en cuanto se pueda para mostrar su rechazo a esta decisión del gobierno regional que aboca a los ganaderos a tener que deshacerse de unas 6.000 reses en el matadero.
Lo cierto es que la suspensión de los eventos taurinos supone un impacto negativo de unos 300 millones de euros, lo que provocará que 133 ganaderías valencianas acumulen pérdidas por valor de 84 millones de euros. Una situación que puede dejar a varias explotaciones ganaderas al borde de la quiebra si no se hace nada.
"La Consejería de Agricultura y Compromís en particular debe decir abiertamente si está con los agricultores y ganaderos o está contra ellos, porque esto último es lo que parece. La administración basada en la objetividad y la ciencia, sin dejarse influenciar electoralmente por sectores radicales y alejados de la realidad agraria, es lo que diferencia a los países que funcionan en Europa de los que no", aseguran en el comunicado.