El Instituto de Calidad Turística ha elaborado un plan que define los protocolos que deberán seguir los hoteles, restaurantes, balnearios y campings, entre otros establecimientos, una vez que puedan reabrir sus puertas. No se trata solo de una propuesta, sino que solo falta la aprobación del Ministerio de Sanidad para aprobar estas nuevas medidas que crearán una nueva normalidad en este tipo de negocios.
Una de las nuevas medidas es la prohibición de los aparcacoches para evitar que estos trabajadores tengan contacto con los vehículos de los clientes. Pero, no solo esto cambiará, también lo hará la forma en la que los clientes entrarán en los ascensores. Según el nuevo protocolo, solo podrá entrar personas que vayan juntas o compartan habitación, o bien de uno en uno para evitar contagios. Además, el personal de estos establecimientos deberá guardar la distancia de seguridad con los clientes.
El ICTE también apuesta por eliminar las revistas y periódicos de las recepciones, ya que suelen ser productos que pasan de mano en mano y podría ser un foco de contagio. De igual manera, la decoración de las habitaciones se reducirá porque habrá que quitar los cojines, alfombras y cualquier elemento que induzca a tocarlo y pueda ser un objeto de contagio. El resto de medidas también afectan a otras zonas comunes como las piscinas, gimnasios, saunas, etc.
Las aerolíneas piden cambios
Las compañías aéreas también se enfrentan a grandes cambios. Sobre la mesa hay muchas propuestas diferentes: asientos con mamparas, asientos con distancias de separación amplios, controles de temperatura, desinfecciones periódicas… Sin embargo, las empresas del sector están pidiendo la creación de un pasaporte sanitario que verifique el buen estado de salud de los pasajeros antes de coger el vuelo.
El próximo 13 de mayo la Unión Europea publicará las primeras medidas que deberán adoptar todas las compañías aéreas para cumplir con el nuevo protocolo. Todo apunta a que la distancia de seguridad entre pasajeros y la reducción de pasajeros por avión será la clave y provocará un aumento de los precios de los billetes. Sin embargo, el sector reclama el pasaporte sanitario como medida adicional y más efectiva que el simple distanciamiento social.
De esta manera, todos los viajeros que quieran coger un vuelo tendrán que hacerse previamente el test y llevar un certificado que verifique el buen estado de salud. Algo similar a lo que ya ocurre cuando una persona quiere viajar a determinados países, especialmente africanos, y debe ponerse una serie de vacunas y demostrar que se las ha puesto.