Nissan Motor cerró su último ejercicio fiscal con unas pérdidas a causa del coronavirus que podrían rondar los 800 millones de euros, cifra que aún está por cerrar, pero que rectifica muy a la baja los pronósticos iniciales.
La propia compañía ha informado este martes al regulador bursátil japonés de que los resultados del ejercicio fiscal de 2019, cerrado el 31 de marzo, están muy por debajo de lo previsto hace dos meses.
El 13 de febrero pasado Nissan había calculado un beneficio neto de 65.000 millones de yenes (unos 561 millones de euros) para ese periodo.
Ahora, en cambio, piensa que ese resultado se verá minorado en una cifra que oscila entre 150.000 y 160.000 millones de yenes (entre 1.294 millones y 1.380 millones de euros), lo que implica incurrir en unas pérdidas que podrían llegar a los 95.000 millones de yenes (unos 818 millones de euros al cambio actual).
Esa revisión a la baja se debe al "continuo descenso en el desempeño de la compañía por el impacto de la pandemia de covid-19", explica.
"El deterioro en el beneficio operativo incluye el impacto por la disminución en la venta de vehículos" y otros por cerca de 90.000 millones de yenes (776 millones de euros), agrega Nissan.
De hecho, la compañía ha dado a conocer hoy que sólo en el mes de marzo sus ventas globales cayeron un 42,6% respecto a marzo de 2019, hasta 315.914 vehículos, y en el año fiscal cerrado el mes pasado la reducción fue del 13,2%.
En Estados Unidos, su principal mercado, las ventas de Nissan Motor cayeron un 48,2% en marzo, mientras que las de China se redujeron en un 44,9%.
También indica que la producción global se redujo en marzo pasado un 41,4% respecto al mismo mes de 2019, y en los doce meses de su ejercicio fiscal recién cerrado la disminución acumulada fue del 14,5%.