El Gran Confinamiento. Este es el apodo con el que el se bautizado la histórica crisis económica que traerá consigo el coronavirus y, si bien su naturaleza y características son muy diferentes a la que estalló en 2008, todo apunta a que, al menos a corto plazo, será más grave que la Gran Recesión. Y España ya está inmersa en ella.
Pese al inédito impacto que ya está experimentando el conjunto de la economía nacional, el Gobierno se resiste por el momento a ofrecer cifras y previsiones al respecto. El recuento permanente de infectados y muertos por el Covid-19, acompañado de ruedas de prensa diarias por parte del Ejecutivo y un discurso semanal a cargo del presidente, contrasta con el absoluto silencio oficial que existe en torno a la recesión.
La ministra de Economía, Nadia Calviño, se niega a realizar estimaciones sobre el desplome del PIB, al igual que la de Trabajo o la de Hacienda en sus respectivos ámbitos, conscientes de que la caída de 2008 y 2009 será un bache en comparación con el profundo socavón que podría dejar tras de sí la crisis del coronavirus.
Sin embargo, apenas un mes después de decretar el estado de alarma, ya empiezan a surgir informes que dan buena cuenta de la pesadilla económica a la que se enfrentan los españoles tras el previsible levantamiento de la cuarentena en la primera quincena de mayo, como el de BBVA Research o el del Banco de España, publicados esta misma semana.
Medio país parado
España ha sufrido un confinamiento más estricto y de mayor duración que buena parte del resto de países europeos. Durante este período, medio país ha estado, literalmente, parado. La fuerza laboral afectada habría oscilado desde el 20% en la segunda quincena de marzo hasta el 40% en la primera de abril, cuando se restringieron las actividades no esenciales. Asimismo, el gasto destinado a hostelería, transporte, turismo y entretenimiento, entre otros, han experimentado un descenso de entre un 60% y un 100% interanual en el último mes.
Como resultado, casi el 80% de las empresas ha visto reducida su actividad, en mayor o menor medida, la mitad ha decidido paralizar sus planes de nuevas contrataciones y el 8% optó por echar el cierre, al menos temporalmente, tras darse de baja en las cuentas de cotización de la Seguridad Social.
La mayor recesión de la historia
El impacto de la cuarentena y la gradual reapertura de la actividad económica avanzan una recesión que podría oscilar entre el 8% y el 12,4% del PIB en 2020, dependiendo de la prolongación de las restricciones y de que los problemas de liquidez que, hoy por hoy, padecen numerosas empresas por la ausencia de ingresos se acaben convirtiendo en quiebras. Se trata, en todo caso, de una contracción muy superior a la media de la zona euro (-5,2%). Nunca antes España ha registrado una caída semejante en tiempos de paz.
Todo ello se traducirá en un descenso muy acusado del consumo privado como consecuencia de la destrucción de empleo y el aumento del ahorro por motivo precautorio. Esta caída se concentrará, sobre todo, en la compra de bienes duraderos y en los servicios relacionados con la hostelería y la restauración. También se hundirá la inversión empresarial y las exportaciones, con especial incidencia en el turismo y el transporte a nivel sectorial. Y, aunque se prevé una progresiva recuperación de los flujos turísticos a partir de verano, su recuperación no se completaría hasta mediados de 2021.
Además, si bien ambas entidades auguran crecimiento del PIB en 2021, advierten de que la economía nacional tardará en regresar al nivel de riqueza previo a la llegada del coronavirus. El tiempo de espera se postergará, como mínimo, dos años, hasta 2022, ya que la recuperación estará limitada por la elevada y persistente destrucción de empleo y por la exposición de la economía española a sectores muy golpeados por las restricciones de movimiento y reunión, como es el caso del turismo, el comercio y la hostelería.
No en vano, los ingresos relacionados con visitantes extranjeros rondaron el 6% del PIB en 2019 y el 63% de ellos se registró entre abril y septiembre. La gradualidad con la que se levantarán las restricciones y la situación que se pueda observar en los países de origen de estos turistas evitará una recuperación significativa del sector a corto plazo.
Tasa de paro del 20%
Por otro lado, el agudo descenso de la actividad tendrá consecuencias severas sobre el mercado de trabajo. La tasa de paro podría oscilar entre el 18,2% y el 21,7% a cierre de 2020, mientras que el próximo año entre el 17,3% y el 19,9%, según las previsiones de estos dos organismos. Y todo ello, sin contar los trabajadores acogidos a un ERTE ni los autónomos que han recurrido al cese de actividad.
A este respecto, cabe recordar que la contribución del turismo al PIB y al empleo en España en 2018, siendo éste el sector más afectado por la crisis del coronavirus, fue del 11,8% y el 13,5%, respectivamente, la más elevada en el caso del PIB y la segunda más elevada, tras Islandia, en el del empleo de entre los países de la OCDE.
Déficit y deuda desbocados
Por último, la crisis también impactará de lleno en las cuentas públicas. El déficit oscilará entre el 8,9% y el 11% del PIB en 2020, mientras que, muy posiblemente, no bajará del 6% en 2021. La deuda pública, por su parte, se situaría en una horquilla de entre el 115% y el 120% del PIB en los dos próximos años, frente al 95,5% registrado en 2019. Unos 300.000 millones de euros adicionales.
En definitiva, tanto BBVA Research como el Banco de España avanzan que la crisis del coronavirus comportará consecuencias económicas muy severas, con una contracción del PIB en 2020 que superará con creces la que se produjo en cualquiera de los años de la crisis financiera global de 2008. España afronta el mayor golpe económico de su historia en medio de un silencio atronador por parte del Gobierno.