La mañana del lunes 20 de abril no será una más en Alemania. Tras varias semanas marcadas por las medidas preventivas adoptadas contra el coronavirus, el gobierno de Ángela Merkel ha abierto la puerta a una agenda de normalización que levantará progresivamente las moderadas y deslocalizadas restricciones que fueron anunciadas para contener el avance de la pandemia originaria de China.
En la primera semana de esta nueva fase podrán abrir los comercios de hasta 800 metros cuadrados de superficie en aquellos estados que presenten un cuadro epidemiológico menos grave. Allí donde la situación sanitaria sea un poco más delicada, se retrasará dicha reapertura una o dos semanas. Sin embargo, los negocios de unos y otros länder ya ven la luz al final del túnel, tanto en el caso de las empresas que vuelven ya a la normalidad como en el de aquellas que ya tienen una fecha estimada de reapertura.
Los colegios ya preparan también el regreso a la normalidad. En este caso, no solo se tomarán medidas diferenciadas dependiendo de la situación del brote en cada territorio, sino que también se condicionará la normalización a otros factores, como la edad de los alumnos o la capacidad de impartir clases con grupos más pequeños o aulas más grandes.
España estaba en el entorno de los 6.000 positivos cuando decretó el Estado de Alarma (14 de marzo), mientras que Alemania rondaba los 1.000 contagiados cuando movió ficha (8 de marzo). Ajustando las cifras para considerar el tamaño de la población, encontramos que España tenía 11 veces más positivos per cápita que Alemania cuando reaccionó contra la pandemia.
Las autoridades teutonas nunca llegaron a adoptar el planteamiento de aislamiento radical que se observa en España o Italia. Así, en Alemania está permitido salir a pasear o hacer deporte al aire libre. Lo que sí piden las autoridades es que se mantenga una distancia de seguridad y que no salgan a la calle más de dos personas por hogar.
Según datos de Google, las salidas a comercios y espacios d ocio bajaron un 56%, las visitas a supermercados y farmacias se mantuvieron constantes, los accesos a parques y zonas verdes aumentaron un 35%, el tránsito en estaciones de transporte cayó un 48% y la afluencia a los lugares de trabajo bajó un 29%. En España, estos porcentajes registran desplomes del 92%, 44%, 85%, 84% y 63%, respectivamente.
El 6 de abril se alcanzó el pico de casos activos, con 73.000 infectados. Los últimos datos disponibles dejan esa cifra por debajo de los 54.000 contagiados. La infección ha acabado con la vida de 4.600 pacientes, aunque aún hay otros 2.900 que están hospitalizados y presentan un cuadro médico grave. En comparación con España, la cifra de positivos diagnosticados es un 60% menor (4.200/millón de habitantes en España vs 1.700 en Alemania), mientras que la tasa de fallecidos es 8 veces más baja (435/millón de habitantes en España vs 55 en Alemania).
La economía experimentará un correctivo mucho menor en el país teutón que en la Vieja Piel de Toro. El consenso entre los analistas germanos es que el PIB caerá un 4% en 2020, la mitad que el 8% de caída que se baraja para España. En 2021, la producción rebotaría otro 4%, recuperando así los niveles esperados para el presente curso, mientras que en España se estima que solo experimentaremos un rebote del 4%, quedándonos un 50% por debajo de la tasa necesaria para compensar el desplome del año en curso.