La Comunidad de Madrid anunció el 9 de marzo que cerraría los centros educativos de la región, enviaría a miles de funcionarios a trabajar desde casa y tomaría otras medidas orientadas a contener la propagación del coronavirus a través de una apuesta por el confinamiento. En la misma línea se movió el Ayuntamiento de la capital, que el 10 de marzo anunció distintas medidas pensadas para generar aislamiento, como por ejemplo el cierre de bibliotecas, parques o polideportivos o la suspensión del trabajo presencial entre miles de funcionarios.
En paralelo, los equipos de gobierno que comandan Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida desarrollaron una intensa campaña de apariciones públicas y comunicaciones en redes sociales orientadas a conseguir que el mayor número posible de ciudadanos permaneciese en sus casas, minimizando así en lo posible el riesgo de contagio de coronavirus.
Evidentemente, las competencias para decretar un aislamiento generalizado no descansan en la gabinete de la comunidad ni en la gerencia del consistorio, sino que cuelgan del Ejecutivo nacional. Sin embargo, los datos de movilidad en la Empresa Municipal de Transporte muestran que las medidas anunciadas por Ayuso y Almeida lograron un impacto notable y consiguieron que miles de personas se quedasen en sus casas a pesar de tratarse de medidas blandas y no de normas duras como las que decretó el gobierno de la nación el 14 de marzo. Mañana lunes, los trabajadores de las actividades no esenciales que no estén abiertas al público volverán a sus puestos de trabajo. El cierre total de la producción desató una oleada de críticas contra el Ejecutivo de Sánchez.
Por lo general, el número diario de viajeros que se suben a los autobuses de la EMT entre semana oscila entre 1,4 y 1,7 millones de personas. Sin embargo, los días 9 y 10 de marzo, ante la pasividad del gobierno central, Ayuso y Almeida anuncian una batería de medidas de contención que dan pie a una reducción progresiva en el número de personas que circulan en el transporte público rodado.
Así, aunque el lunes 9 de marzo hubo 1.569.813 viajeros en los autobuses de la EMT, esta cifra bajó a 1.357.316 el martes 10 y cayó a 996.510 el miércoles 10. La reducción se mantuvo el jueves 12 de marzo, con 793.733 usuarios, y siguió cayendo el viernes 13 de marzo, hasta llegar a un total de 585.631 viajeros.
La tendencia se mantuvo el sábado 14 de marzo, fecha en que el gobierno central desarrolla el estado de alarma, comunicado formalmente a la ciudadanía durante la tarde-noche. Durante la jornada, el uso de los autobuses de la EMT cayó a 168.077 viajeros, frente a los 850.989 del sábado de la semana anterior (7 de marzo).
Desde que se ha empezado a aplicar el confinamiento generalizado decretado por Moncloa, el número de viajeros registrado entre semana se ha movido entre los 168.465 y los 227.386 usuarios diarios. Tomando esa cifra como referencia, el número acumulado de viajeros habría bajado en 4.352.645 usuarios si el gobierno central hubiese reaccionado al mismo tiempo que las autoridades madrileñas.
Metro, con caídas del 80-90%
Los datos de la Consejería de Transporte también apuntan a una fuerte caída en el número de usuarios del transporte público subterráneo. La caída en el total de viajeros de Metro de Madrid se está moviendo entre el 80% y el 90%. Al igual que sucedió con la EMT, se observó un descenso previo al decreto del estado de alerta, lo que vendría a confirmar la efectividad de las medidas tomadas por Ayuso y Almeida.