El Producto Interior Bruto francés experimentó una caída histórica entre los meses de enero y de marzo. La producción del país galo sufrió un retroceso equivalente al 6%, una cifra que supera incluso el descenso del 5,3% observado durante las revueltas del convulso segundo trimestre de 1968, marcado especialmente por las protestas estudiantiles del mes de mayo.
Durante el primer trimestre del año, la economía francesa no ha sufrido el impacto del COVID-19 con la virulencia que sí han enfrentado Italia o España. En nuestro país, la economía estuvo operando entre enero y marzo casi un 45% por debajo de su capacidad, según estimaciones de KPMG, mientras que los datos para Francia que ahora salen a la luz suponen un descenso del 30% respecto a la norma.
El Banco de Francia no solo ha publicado la esperada estadística de caída del PIB, sino que también ha desglosado su incidencia por sectores. En la construcción, por ejemplo, se da el descenso más acusado, con una caída del 75% en sus niveles de actividad. Las rebajas también son muy pronunciadas en el transporte, el alojamiento o los restaurantes (un 65% menos), mientras que las industrias sufren una corrección del 50%.
Hay mejores noticias en otras ramas de actividad: la agricultura y la alimentación sufren una corrección del 6%, los servicios financieros e inmobiliarios viven un batacazo del 12% y la energía, el carbón y el refinado experimentan un retroceso del 15%. En suma, todas estas caídas se traducen en el citado descenso del 6% para el PIB del primer trimestre.
Más de 7.000 pacientes en situación seria o crítica
Según los datos disponibles a primera hora del 8 de abril, Francia tiene 79.000 casos activos de coronavirus, de los cuales 7.000 están en una situación médica seria o crítica. De los 30.000 casos que ya se han cerrado, el 35% se ha saldado con el fallecimiento del infectado (unas 10.000 personas).
La cifra de fallecidos del pasado 7 de abril, con cerca de 1.500 muertes en una sola jornada, fue la más abultada que ha experimentado Europa desde que estalló la pandemia. De modo que parece seguro que la caída del PIB será aún mayor en el segundo trimestre del año que ne el primero.
¿En qué dimensiones se moverá España?
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha anunciado que su estimación de caída del PIB español oscila entre un 5% y un 9%. La patronal de los empresarios ha calculado también el impacto en el mercado laboral, que perdería cerca de 550.000 puestos de trabajo en el primer supuesto y más de 900.000 empleos si se diese el segundo escenario.
El organismo que preside Antonio Garamendi apunta a un déficit público que se movería entre el 7,5% y el 11% del PIB, lo que supondría un desfase que se movería en una horquilla de entre 80.000 y 120.000 millones de euros. En cuanto a la deuda pública, CEOE cree que su ratio en relación con el PIB se moverá entre el 108% y el 115%, dependiendo de la gravedad de la crisis.