Desde comienzos de enero hasta mediados de marzo, el gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias perdió un tiempo valioso en la lucha contra la propagación del COVID-19 y apostó por negar la gravedad de la situación mientras el número de casos no paraba de crecer y la situación internacional experimentaba un claro cambio a peor.
La irresponsabilidad del Ejecutivo ha tenido resultados nefastos. En el momento en que se escriben estas líneas, la incidencia del coronavirus en España ya supera la barrera psicológica de los 100.000 positivos, mientras que el número de fallecidos se sitúa por encima de los 10.000. Ante una gestión tan desastrosa, la izquierda política y mediática no ha tardado en rescatar uno de sus viejos "mantras": el de la "austeridad salvaje" que, según dicho relato, habrían aplicado los gobiernos del Partido Popular a las partidas de gasto sanitario. El problema es que tales argumentaciones, sin duda populares entre determinados círculos, carecen de todo rigor y chocan frontalmente con la cruda realidad presupuestaria que pone en evidencia estas falacias.
Libre Mercado ya ha publicado varios informes que desmienten este discurso en relación con la Comunidad de Madrid. De hecho, basta con repasar la colección de cinco gráficos que recopiló este diario para comprobar que la región de la capital tiene hoy más presupuesto, más camas, menos listas de espera y más personal sanitario que antes de la crisis.
Pero merece la pena ampliar el foco y estudiar la situación a nivel nacional. ¿Qué han hecho las comunidades autónomas durante los diez últimos años con sus presupuestos de gasto sanitario? Si repasamos el gasto liquidado (es decir, no el presupuestado a comienzos de año sino el realmente desembolsado a cierre de ejercicio) podemos ver que el gasto en salud ha subido de 58.755 a 63.087 millones de euros, un 7,4% más.
No es una cuestión menor que se haya dado tal aumento, puesto que hablamos de casi 5.000 millones de euros más que en 2008, pero con un contexto muy distinto, puesto que el desempleo hoy es mayor y la capacidad de gasto de las Administraciones Públicas está mucho más limitada a raíz del espectacular crecimiento de la deuda.
¿Y qué ocurre si comparamos los feudos políticos de la izquierda con los de la derecha? ¿Son los primeros los territorios de la "austeridad" y representan los segundos el bastión contra los "recortes"? En realidad, sucede justo al revés: aunque el gasto público total sí es más elevado en las regiones tradicionalmente asociadas a la izquierda, lo cierto es que sus desembolsos en sanidad no solo no han subido en la última década, sino que se han reducido, al contrario de lo que ocurre en los territorios de referencia de la derecha.
Así, si comparamos 2008 y 2017, encontramos que el gasto sanitario real en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura ha bajado, respectivamente, un 5,4%, 3,5% y 3,5%, mientras que en Castilla y León, Galicia y Madrid se produjo un aumento del 20,2%, 5,9% y 13,4%, respectivamente. En promedio, los feudos del PSOE vivieron un recorte presupuestario medio del 4,1%, mientras que los del PP experimentaron un repunte del 13,2%.
Si sumamos el gasto sanitario de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura vemos que en 2008 ascendía a 14.688 millones de euros, mientras que en 2017 se había reducido a 13.984 millones, lo que supone una caída de 704 millones. Haciendo el mismo ejercicio para Castilla y León, Galicia y Madrid, las cifras apuntan a una subida desde los 14.242 hasta los 16.094 millones de euros, un aumento de 1.852 millones .
Por otro lado, si cruzamos las cifras de gasto sanitario real con los datos de población del INE, vemos que los desembolsos por habitante en materia de salud bajaron un 7,4% en Andalucía, un 2,9% en Castilla-La Mancha y un 1,9% en Extremadura, pero crecieron un 26,7% en Castilla y León, un 8,8% en Galicia y un 9,3% en Madrid.
El gasto sanitario medio por habitante pasó de 1.379 a 1.325 euros en los feudos del PSOE (un 3,9% menos), pero subió de 1.263 a 1.454 euros en los bastiones del PP (un 15,1% más).