Descrédito máximo para la estrategia fiscal del gobierno de Pedro Sánchez. Si hace escasos días su estrategia de socializar las emisiones de deuda pública se topaba con la negativa de diversos socios europeos, ahora conocemos que el dato final de déficit público para el conjunto del año 2019 ascendió al 2,7% del PIB.
Durante el pasado curso 2019, el gasto total de las Administraciones Públicas experimentó un crecimiento de 20.500 millones de euros. Aunque la economía apenas avanzó a un ritmo del 2%, el ritmo de aumento de los desembolsos públicos fue del 4%. El descontrol en el gasto contrasta con la situación política, puesto que el grueso del curso se desarrolló bajo un cuadro de relativa interinidad, con el gobierno nacional en funciones.
En términos de caja, el déficit fue de 33.223 millones de euros, de acuerdo con las cifras que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística. El deterioro del saldo fiscal respecto al curso anterior asciende a 2.728 millones. Estas cifras suponen un descuadre del 2,7% del PIB, frente al 1,3% que esperaba originalmente Bruselas o el 2% que pronosticó el gobierno de Pedro Sánchez.
La ralentización del crecimiento económico ha tenido un impacto devastador en las cuentas públicas. Los ingresos fiscales han subido apenas 17.700 millones, frente a los casi 27.500 millones de aumento del año 2018. Si a esa cifra se le suma el repunte del gasto, parece fácil entender por qué el déficit no solo no ha bajado, sino que ha crecido.
Los gráficos del desaguisado fiscal
Desde el año 2012 hasta 2018, España venía reduciendo su déficit año tras año. El curso 2019, pues, marca un cambio de tendencia y supone un año perdido en materia de consolidación presupuestaria.
Cabe recordar, por otro lado, que la evolución del déficit en España durante los últimos doce años viene siendo mucho peor que en el resto de países europeos, tal y como refleja el siguiente gráfico, elaborado con datos de Eurostat.