Poco le ha durado al Gobierno de Pedro Sánchez la decisión de no parar toda la producción del país por el coronavirus. Si esta misma semana, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, descartaba que España fuera a seguir la estela de Italia en el cierre de todas las actividades productivas que no fueran esenciales, ayer sábado, su partido cambió de opinión.
Así, este domingo, en Consejo de Ministros extraordinario, el Gobierno ha aprobado la paralización de cualquier actividad que no sea considerada esencial, desde el lunes hasta el próximo jueves 9 de abril. Habrá que esperar a que la lista definitiva de cuáles son exactamente las actividades consideradas esenciales se publique a lo largo de la tarde en el BOE. Eso si, el personal sanitario, de Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, los trabajadores de Correos, telecomunicaciones, distribución de alimentos y logística, química o farmacéuticos, seguirán trabajando.
Hasta ahora, lo que el Gobierno había prohibido en nuestro país era el comercio minorista físico, pero no la industria, siempre que trabajaran a puerta cerrada, sin clientes. Por eso, muchas fábricas estaban funcionando o los albañiles seguían trabajando en la obra.
¿En qué consiste este permiso?
Ahora, todos estos empleados se van a tener que quedar en su casa, pero cobrando el 100% de su salario. "Hemos creado un permiso retribuido recuperable", ha explicado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Eso sí, aunque el Gobierno se atribuya el mérito de su creación, serán los empresarios los que tendrán que costear estos salarios teniendo el negocio cerrado.
Después, cuando las empresas se vuelvan a poner en marcha, la plantilla tendrá que devolver las horas no empleadas antes del 31 de diciembre, en una negociación entre ambas partes. En este punto, el Gobierno aboga por la flexibilidad y por la libre negociación empresario-trabajador, algo inusual por sus postulados habituales más partidarios de las rigideces laborales. De hecho, Díaz ha presumido de que es una medida "muy flexible", mientras que Maria Jesús Montero la ha calificado de "inédita", donde "todas las partes ceden".
Los empleados que se podrán acoger a este permiso son los que, hasta ahora, se desplazaban a su puesto de trabajo para trabajar, por lo que no afectará a los que teletrabajen -que tendrán que continuar haciéndolo-, a los que estén incluidos en expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE), a los que estén de baja por incapacidad temporal o por maternidad y/o paternidad.
El Gobierno ha elegido aprobar esta medida para que cubra la Semana Santa, por lo que "no pasamos a no trabajar 15 días, en realidad, son 8", descontando los festivos, tal y como ha explicado Yolanda Díaz. Además, las empresas podrán seguir aprobando ERTE. "Eso esta a disposición de todas", ha apuntado. La ministra de Hacienda ha insistido en que "queremos que esos días sean como un domingo".