El fundador y máximo accionista de Inditex, Amancio Ortega, es uno de los personajes públicos más admirados de nuestro país. Sin embargo, también se ha convertido en el blanco de las iras de ciertos sectores de la izquierda radical española, que desde hace años han librado una intensa campaña de desprestigio contra el empresario gallego.
La última muestra se produjo esta semana en el Congreso de los Diputados, cuando Íñigo Errejón, portavoz de Más País, menospreció las donaciones que ha coordinado la empresa propiedad de Ortega a la sanidad española para lidiar contra el coronavirus, refiriéndose a ellas como "limosnas" propias de la "Edad Media".
Algo similar ha sucedido ocurrió hace escasos días, cuando la Comunidad de Madrid anunció un plan de distribución de menús infantiles para las familias más vulnerables de la región, cuyos hijos venían recibiendo dicho servicio en los comedores de sus escuelas. La presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, comunicó que empresas como Telepizza, Viena Capellanes o Rodilla asumirían dicha tarea, pero su decisión fue recibida con todo tipo de críticas, incluidas las de Isa Serra, portavoz de Podemos en Madrid, que desdeñó la propuesta de emergencia como una estrategia pensada para llevar "comida basura" a los niños madrileños.
Los ataques contra HM y Ferrovial
Otro blanco de las críticas de la izquierda radical ha sido la compañía HM Hospitales, víctima en este caso de una campaña de acoso y derribo basada en informaciones falsas. En este caso, se pretendió trasladar la idea de que HM despedía personal sanitario en plena crisis, cuando lo que ha sucedido es que no se han renovado contratos temporales de personal que no está ocupado en las tareas de lucha contra el coronavirus. A tales profesionales se les han ofrecido opciones de reorganización laboral y, en paralelo, se ha reforzado la plantilla dedicada a tales labores, con la contratación de médicos, enfermeras, auxiliares, limpiadoras, etc. Solo en Madrid se han cerrado más de 150 nuevas altas, una cifra que va creciendo conforme llegan los candidatos.
Otra de las firmas que más pasos ha dado para luchar contra el Covid-19 ha sido Ferrovial. La gestora de infraestructuras jugó un papel discreto pero crucial en la construcción del hospital de campaña que ha habilitado la Comunidad de Madrid en IFEMA, con la participación de más de 60 de sus empleados en las tareas de montaje. En menos de una semana, este nuevo centro ha articulado una capacidad de más de 1.000 camas que, además, puede multiplicarse por cinco en los próximos días, dependiendo de las necesidades. En paralelo, Ferrovial está brindando aparcamiento gratuito a 830 sanitarios desplegados en el marco de la lucha contra el Covid-19 y se ha ofrecido a las Administraciones Públicas para replicar el "modelo IFEMA" y levantar hospitales de campaña en otras regiones.
Pero las medidas de apoyo de la empresa que preside Rafael del Pino no acaban ahí: también ha propuesto el levantamiento de Centros de Test Rápidos (a un ritmo de diez nuevos cada 48 horas, en cualquier zona del país) y participado en el desarrollo de la aplicación Coronamadrid.com con la que el gobierno madrileño pretende hacer un seguimiento a la coreana de la situación de la pandemia. Por otro lado, Ferrovial está colaborando en el desarrollo de nuevos dispositivos de respiración asistida (a través de impresoras 3D y otras tecnologías).
Aunque la reacción de Ferrovial en todos estos frentes ha recibido el reconocimiento de las autoridades, el sindicato CCOO se ha desmarcado de la prudencia con la que está actuando UGT y ha lanzado una campaña de ataques contra la empresa, afirmando por ejemplo que "no protege a su plantilla" y azuzando el malestar contra la compañía de Rafael del Pino.