Alta tensión en Bruselas. La reunión extraordinaria del Consejo Europeo celebrada por videoconferencia durante la jornada de ayer terminó sin acuerdo, después de que Pedro Sánchez y Giuseppe Conte exigiesen la aprobación de distintas medidas keynesianas como receta contra la crisis económica que ha provocado la emergencia sanitaria del coronavirus.
El presidente español y el primer ministro transalpino reclamaron la mutualización de todo aumento de la deuda pública asociado a la crisis del coronavirus, una propuesta a la que Alemania y otros países se niegan rotundamente. También pusieron encima de la mesa la ampliación del fondo que dedicará la Comisión Europea a diversos programas de gasto asociados a la pandemia.
La situación escaló después de que Wopke Hoekstra, ministro de Economía holandés, compareciese ante la prensa de su país y afirmase que España debería o Italia deberían ser investigados para determinar por qué no tienen margen presupuestario para luchar contra el coronavirus, a pesar de que la Gran Recesión concluyó hace ocho años.
Hoekstra pone así el dedo en la llaga, puesto que el déficit acumulado por España desde que el crecimiento volvió a terreno negativo (2014-2019) ronda los 260.000 millones de euros. No hay que olvidar, además, que Países Bajos acumula ya cuatro años de superávit presupuestario, desde que en 2016 consiguió un excedente fiscal de 150 millones de euros.
Estas declaraciones del político holandés han despertado la ira de António Costa. El primer ministro portugués ha calificado las palabras de hoekstra como "un discurso repugnante en el marco de la Unión Europea" que refleja "una absoluta inconsciencia" y "una mezquindad recurrente", contrarias "al espíritu de la Unión Europea".
Costa ha pedido que "nos respetemos los unos a los otros" y ha pedido a los gobiernos que se oponen a los planes de Sánchez y Conte "que comprendan que, ante un desafío común, tenemos que tener la capacidad de responder en común".