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Camioneros como soldados de guerra: "Estamos sin comida y abandonados. Moriremos, pero no de coronavirus"

Los transportistas desmienten la versión del Gobierno, y revelan que no se están cumpliendo los servicios mínimos.

Los transportistas desmienten la versión del Gobierno, y revelan que no se están cumpliendo los servicios mínimos.
El camionero Víctor Ibáñez se alimenta de las últimas latas que le quedan: "Todo está cerrado" | Libertad Digital

Los camioneros españoles le han perdido el miedo al coronavirus. Son supervivientes y están al borde de enfermar, pero por otros motivos bien distintos al Covid-19. Agustín Mejías lleva trabajando como transportista 43 años. Jamás había vivido una situación que se parece mucho más a la de un soldado en plena guerra.

Agustín se limpia en su cabina con las toallitas húmedas que le quedan, lleva más de una semana sin ducharse y dos semanas sin comer un plato caliente. Está a base de bocadillos y a veces ni eso porque tampoco "hay pan, ni jamón, ni nada". Todo está cerrado, el ambiente en las carreteras es apocalíptico. "Vamos a caer enfermos. Estoy a base de vitaminas, no puedo más", cuenta a Libre Mercado.

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Agustín Mejías, a su 63 años lucha por sobrevivir en la carretera con su camión

Este camionero a sus 63 años se está exponiendo al virus, pero no le importa, sabe que son imprescindibles, y van a seguir llevando alimentos sin parar. "Pero terminaremos muy mal. Estamos en absoluto abandono. Es mentira todo lo que ha dicho este Gobierno sobre las medidas de protección y los servicios mínimos a los transportistas. Estamos desamparados, Ábalos no ha enviado material sanitario a los camioneros. Ni mascarillas, ni guantes. Es de vergüenza. Pero lo peor es que el listado de gasolineras y restaurantes abiertos que nos pasó el Gobierno es falso. El 70% está cerrado. ¿Dónde vamos al baño? Ni eso podemos", narra con tristeza Agustín Mejías que lleva ya más de 5.000 km en su cuerpo.

Nacionalización de servicios

El monumental cabreo de los camioneros se debe a que el Ministerio de Industria y Transportes no habría hecho nada más que limitarse a emitir un documento que se ha quedado en el papel y en la web del Gobierno. Hasta ahí. A este respecto, según la Orden TMA/229/2020 del 15 marzo de medidas urgentes por el estado de alarma publicada en el BOE, el ministerio responsable escribió:

"Entre las medidas de contención previstas en el real decreto citado, el artículo 14 regula las relativas a las materias de transportes, concretando en su apartado 2, aquellas aplicables al transporte interior y, en el apartado 4, indicando que el Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana establecerá las condiciones necesarias para facilitar el transporte de mercancías en todo el territorio nacional, con objeto de garantizar el abastecimiento.

Por lo que dispone que:

"Los establecimientos de suministro de combustible que dispongan servicios de aseo deberán facilitar su uso a los conductores profesionales. Los centros de carga y descarga que cuenten con este tipo de instalaciones, deberán facilitar en la medida de lo posible su uso a los conductores profesionales que realicen operaciones en ellos.

Las medidas que se puedan exigir a los conductores para el acceso a este tipo de instalaciones seguirán los criterios e instrucciones de prevención que con carácter general establezca el Ministerio de Sanidad, o las que dicho órgano pudiera establecer específicamente en este ámbito.

Asimismo, con objeto de posibilitar los descansos adecuados en cumplimiento de la normativa de tiempos de conducción y descanso, que son imprescindibles para poder llevar a cabo las operaciones de transporte, aquellos establecimientos que dispongan de cocina, servicios de restauración, o expendedores de comida preparada, deberán facilitar al transportista profesional un servicio de catering".

¿Papel mojado? Parece que sí. En el momento en el que la responsabilidad pasa al Estado, esa misma responsabilidad se diluye, y si el líder o nuevo jefe nacional, en este caso el ministro José Luis Ábalos o el de Sanidad, Salvador Illa, no responden o se hacen los locos, el desastre es inevitable, y así lo describen sus protagonistas.

La misma Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) tuvo que recular debido a las nuevas órdenes del Ministerio de Industria y Transporte. La intención del sector era distribuir material sanitario y medidas de protección mediante asociaciones y empresas, finalmente se canceló. Los motivos que han dado lugar a esta decisión serían "los problemas de duplicidad y logísticos que provocaría colisionando con el supuesto reparto de mascarillas del Estado", alegaron.

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Comunicado de CETM

Con este panorama, empresas y asociaciones quedaron esperando a la Dirección General de Transporte Terrestre que les había confirmado cómo se haría el cálculo de mascarillas por vehículo y de cuál es el procedimiento operativo del reparto que, por lo que les dijeron, "por algún medio oficial en cada una de las provincias de España". Pero no ha llegado nada, indican los camioneros consultados.

Mejías asevera que son las empresas y los trabajadores los que están consiguiendo el material de protección por su cuenta: "El Gobierno no ha hecho nada".

Acampando en carreteras

En mitad de la carretera, ya de noche, Ibáñez va llegando a Francia. En la Junquera (Gerona), una de las paradas principales de los camioneros en la frontera con el país galo, la alcaldesa independentista del PDeCat, Sonia Martínez, ha cerrado la estación y el área de servicio con aseo y alimentación, según señalan los transportistas. "Estamos absolutamente indignados con la insolidaridad y la irreponsabilidad de los políticos. Nos están maltratando. En La Junquera está todo cerrado. Vamos por la carretera perdidos sin saber qué gasolinera va a estar abierta para poder tomar un café o ir al baño. En Benircaló no querían venderme ni agua. Estamos peor que los esclavos", critica con contundencia Víctor Ibáñez.

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Alejandro de la Torre (a la derecha) con un compañero antes del Estado de Alarma

Algunos camioneros en ruta tienen que llamar incluso a la Guardia Civil para que acudan a que les abran los baños. Sin embargo, cuando consiguen entrar, los servicios están "llenos de mierda", tanto es así, que ni se atreven a ducharse. "No hay higiene, no están yendo a limpiar y los aseos dan asco, es imposible ducharse en los únicos sitios que encontramos abiertos".

A esto se le suma el ambiente de pandemia. Están extremando preocupaciones y viven confinados en sus cabinas. Desde que se decretara el estado de alarma, los camioneros llevan un camping gas en sus vehículos. "Algunos cocinan dentro del camión como pueden, yo me bajo fuera. Estoy solo porque tampoco puedo acercarme a ningún compañero. Todos desde la distancia nos vemos calentándonos una lata en el fuego, sin hablarnos, y encima con miedo a que nos roben y atraquen los delincuentes habituales de las paradas. Estamos absolutamente desamparados", desvela Agustín Mejías.

A Víctor Ibáñez, conocido en el gremio como el Soli, ya se le está acabando la comida. "Es que no aguantan los alimentos que llevamos para nosotros. En las neveras de playa no cabe mucha comida y se pone mala. Nuestros viajes son de 15 a 20 días fuera. Esto no hay quien lo aguante", lamenta el conductor alicantino.

Y añade, "estamos racionándonos los alimentos. En Inglaterra están viendo a los españoles como si fueran el mismo demonio. No te permiten los servicios mínimos básicos. Las gasolineras solo te atienden por ventanilla. Del listado transmitido por el Gobierno solo están abiertas una treintena de áreas de servicios en todo el país. Nos están denegando en todos los sitios una ducha, o un baño", espeta Alejandro de la Torre, un transportista de Torreperogil (Jaen).

"Nos piden a los camioneros un mayor esfuerzo para que toda la población pueda comer. Pero yo digo que los que estamos ante el volante, los que llevamos los productos a los supermercados, nos lo están poniendo muy complicado, pasando calamidades como en un país en guerra sin ayuda del Gobierno, expresa De la Torre.

El transportista de Torreperogil lleva 17 metros de vehículo, y explica que "no puede entrar al supermercado del pueblo que pille en la ruta". Ahora, está un poco más contento porque ha descubierto un pan casero que aguanta hasta siete días. "Estamos enfrentándonos a un contexto de extrema gravedad para nuestras vidas y nuestra salud, ya el coronavirus nos parece lo de menos con lo que estamos viviendo".

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Manuel Castell, camionero desesperado

Otro de los afectados, el camionero Manuel Castell, ha grabado un vídeo en redes sociales pidiendo auxilio para los que están en la primera línea del campo de batalla como ellos: "Vamos a morir antes de falta de higiene que de coronavirus", ha denunciado desesperado.

Alemania, Francia o Inglaterra tampoco lo están poniendo nada fácil. "Los ingleses ven a un español y parece que se les ha presentado el mismo demonio. Nos apartan y aíslan", critica De la Torre. La experiencia de Víctor Ibáñez en Francia y Alemania es distinta. "Al menos nos abren los baños y aseos para ducharnos, y allí está bien y limpio".

Vecinos al rescate

Los llamamientos de los camioneros, a través de las redes sociales, han provocado que surjan redes espontáneas asistenciales de vecinos y restaurantes que han acudido al rescate de los conductores. Hacen lo que pueden y está en sus manos.

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Un bar ofrece pedidos de comida al camión

"La gente anónima nos está ofreciendo casas, sitios para descansar, duchas, aseos y comidas en la medida de lo que pueden. Se están movilizando. Saben que si uno no puede comer caliente durante tres semanas ni asearse, es que deja de ser una persona. Es un animal. La gente entiende lo que el Gobierno no entiende", transmite con emoción uno de los camioneros.

"Gracias a esta red solidaria conseguimos seguir conduciendo, pero lo del Gobierno es penoso. Encima mienten y les dicen a los medios de comunicación que nos están ayudando". Agustín Mejías termina con una petición para el ministro de Transporte: Ábalos, móntate conmigo en mi camión y vive esto. Seguro que no aguantas ni una hora", concluye.

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