Todos los caminos llevan a España a una recesión en 2020, o al menos eso señalan los principales bancos americanos. Goldman Sachs y Morgan Stanley, dos de las principales entidades financieras estadounidenses aseguran que nuestro país tendrá un crecimiento negativo en este curso, aunque apuntan a un rebote económico en 2021 cuando la crisis del coronavirus quede superada.
Goldman Sachs se muestra mucho más optimista que Morgan Stanley a la hora de lanzar una previsión sobre la economía española. La primera entidad asegura que nuestro país registrará una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de un 1,3%, mientras que la segunda se pone en el peor escenario al asegurar que la caída será del 5,5%. Este distanciamiento entre las dos entidades también sirve para comprender que es muy complicado calcular el impacto económico real que tendrá la pandemia vírica, ya que esto dependerá de cuándo quede controlada.
Para 2020, Goldman Sachs, preveía un crecimiento del 1,8% en la economía española antes de que estallará la crisis sanitaria. Mientras que para 2021 mantenía un crecimiento del 1,7%. Ahora, este banco asegura que el PIB español caerá un 1,3% en 2020, pero que repuntará un 4,3% en 2021. Morgan Stanley también se muestra muy optimista con 2021, ya que apunta a una subida del 5,5% del PIB nacional.
Por su parte, la agencia de calificación alemana Scope Ratings, augura un crecimiento del PIB español cercano o inferior al 0%, aunque destacan que hay una gran incertidumbre y que las perspectivas pueden ser revisadas de nuevo. La firma esperaba un crecimiento del 1,6% para 2020.
Crisis en la Eurozona
Las perspectivas no son malas solo para España, ni mucho menos. Deutsche Bank ha lanzada una demoledora previsión sobre la economía de la Zona Euro. El banco germano apunta a una caída del 22,4% en PIB en el segundo trimestre de 2020. Para el cuarto trimestre mantiene la esperanza en un control y recuperación y señala que la contracción en este periodo sería del 2,9%. La parte más positiva de las previsiones de esta entidad es la recuperación de China en el segundo trimestre.
En este sentido, Goldman Sachs y Morgan Stanley también prevén recesión en la Eurozona. El primero señala que la caída será del 1,7% para el conjunto del año, frente a la previsión de crecer un 1%. Mientras que el segundo señala que la contracción será mucho más fuerte, del 5% para el conjunto de los 27. Aunque, ambos bancos sostienen que en 2021 se verá un crecimiento de entre el 3,5% y 5,5%.
300.000 empleos menos en un mes
Por el lado del empleo, las predicciones tampoco son mejores. "La economía española en general y las pymes en particular están afrontando un problema derivado de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus y cuyos efectos finales son muy inciertos, no disponiéndose aún de ninguna estadística oficial que refleje los efectos que, sin duda, se están generando sobre el empleo", señalan en CEPYME. "En este entorno de incertidumbre, únicamente es posible tratar de aproximar los posibles efectos que esta situación puede generar sobre nuestro sistema económico realizando hipótesis razonables sobre la duración y el posible impacto relativo sobre las diferentes ramas de actividad".
En esta línea, CEPYME ha realizado una primera estimación del impacto que se derivaría de la paralización del consumo de los hogares como resultado de las restricciones impuestas por el estado de alarma. El efecto final de la crisis dependerá lógicamente de la prolongación en el tiempo de esta situación, aunque considerando una duración inicial de cuatro semanas, podría generar un impacto directo en torno al 0,9% del PIB, que se elevaría hasta el 1,7% al incluir los efectos indirectos e inducidos sobre el conjunto del sistema económico. La contención de la actividad durante el periodo de cuatro semanas mencionado afectaría intensamente al empleo y en el conjunto de 2020 supondría prácticamente un estancamiento de la economía española y podría llegar a suponer la pérdida de unos 300.000 empleos en este ejercicio, de los cuales algo más del 61% se producirían en las pymes.
A estos impactos derivados de la contención en el consumo privado, habría que añadir la posible paralización de los procesos inversores, como consecuencia de una mayor incertidumbre, junto con la caída de las exportaciones, inducida por la reducción de la actividad a nivel mundial y los posibles efectos de las fuertes caídas registradas en los mercados financieros.
Estos resultados medios son bastante heterogéneos en las diferentes ramas de actividad, y van desde una caída estimada del 7,3% en los servicios de hostelería, hasta un impacto prácticamente nulo en los servicios públicos. De hecho, algunas actividades de servicios públicos podría incluso registrar un efecto positivo por efecto de las mayores necesidades de prestación de servicios.