Después de la aplicación del estado de alarma en todo el país, los establecimientos que están notando una mayor afluencia de gente son los supermercados. Las principales cadenas ya han puesto en marcha una serie de medidas higiénicas y de seguridad para evitar un mayor número de contagios.
Por ejemplo, piden a sus clientes que respeten un metro de distancia entre personas, que solo acuda a comprar una persona por familia y que se pague con tarjeta de crédito para evitar la transacción de monedas y billetes. Además, han colocado cajas de guantes de plástico de un solo uso a la entrada de sus centros y aseguran que "su uso es obligatorio".
Los trabajadores usan gel desinfectante y guantes pero, por el momento, no disponen de mascarillas. Mercadona ha contratado una empresa externa de limpieza para que desinfecte las zonas más utilizadas como las cajas y los datáfonos. Además, la empresa de Juan Roig tiene un equipo de médicos para detectar a tiempo cualquier caso de coronavirus.
"Es el fin del mundo. Ven a trabajar, por favor"
"Es el fin del mundo. Ven a trabajar, por favor". Este es el whatsapp que recibió Charo de su encargada para que se reincorporara el jueves pasado. Esta trabajadora de un supermercado de La Coruña explica a Libre Mercado el "caos" que supone ser cajera de un supermercado en estos momentos. Charo asegura que sus jornadas son más largas y más duras: "Los compañeros están triplicando su horario. Está siendo completamente caótico". Esta gallega critica el comportamiento de algunas personas cuando van a comprar "estamos perdiendo el poco civismo que nos quedaba".
La frase que más repite Charo es que "los supermercados no van a cerrar". Cada día intenta tranquilizar a sus clientes (sobre todo personas mayores) que le preguntan si va a haber comida. "No es falta de aprovisionamiento. Las estanterías se ven vacías porque la gente viene en masa y no damos para más", explica. Les pide que vengan "tranquilos y de forma escalonada".
A las 10:00 se había agotado la carne
Fernando trabaja en un Mercadona de Granada. Nos relata cómo la gente hace cola una hora antes de que abran. "Dos de mis compañeras tuvieron que meterse en la oficina un rato por un ataque de ansiedad porque la gente empezó a correr", relata este joven granadino.
Uno de los productos más demandados es la carne. Fernando explica que su Mercadona abrió "con 4.000 kilos de carne y a las 10:00 ya estaba agotado. Nunca había entrado tanta cantidad y ayer se vendió en una hora". Los clientes amontonan cajas de cerdo, pollo y ternera en sus carritos a pesar de que se trata de productos perecederos.
Otro de los productos estrella es el papel higiénico. "El guardia de seguridad tuvo que escoltarme para que pudiese reponer el papel", cuenta el trabajador de la compañía valenciana. Los locales cuentan con al menos un guardia para evitar altercados y que se cumplan las normas impuestas.
Para que no se produzca un desabastecimiento, los proveedores están reduciendo el abanico de productos priorizando los estándar. Por ejemplo, en vez del papel higiénico suave y doble capa, se está distribuyendo el normal.