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Artesanos, tiendas cofrades y sastres siguen trabajando para Semana Santa: "No tememos al coronavirus"

Juan Marín ha anunciado que "no cancelará la Semana Santa porque ya tiene una fecha".

Juan Marín ha anunciado que "no cancelará la Semana Santa porque ya tiene una fecha".
Semana Santa de Málaga | EFE

Los negocios que viven exclusivamente de la Semana Santa viven estos días de pandemia mundial encomendándose a Juan Marín. El vicepresidente de la Junta de Andalucía ha dicho que, de momento, no tiene pensado cancelar la Semana Santa porque "ya tiene una fecha y los desplazamientos y las vacaciones las van a disfrutar la mayoría de los españoles".

Poco le ha faltado al político naranja para amenazar al mismo Covid-19 con que va a tener que aplazar el contagio. Aun así, peor han sido las declaraciones (¿en broma?) del alcalde socialista de Sevilla, Juan Espadas, que ha comunicado que "tendrá que venir la misma OMS a Sevilla a impedirle a él que no se celebre la Semana Santa".

Y ante estos dislates, quizás debieran los cofrades pensar con la mentalidad católica que les caracteriza. Recordar aquello de "amaos los unos a los otros" y adelantarse a las decisiones políticas, dejando a un lado la dependencia del político de turno, no estaría nada mal.

Pero nada de lo sugerido parece estar pasando. Obradores, artesanos, sastres, establecimientos de trajes de nazarenos y tiendas cofrades consultadas por Libertad Digital, siguen trabajando sin pánico y con ilusión, y, según confirman, "lo harán hasta el último minuto". Guardan la esperanza de que el presidente popular, Juanma Moreno Bonilla obre el milagro y de luz verde a la salida de las procesiones.

Incertidumbre tradicional

Hay que decir que el riesgo que asumen este tipo de empresas dedicadas al sector de la fe es constante año tras año. Están acostumbrados a que la lluvia les agüe la festividad, conocen lo que significa escuchar al Hermano Mayor lamentarse porque "no podrán sacar el trono por la tormenta". Al Covid-19 no le tienen ningún miedo en cuanto a las pérdidas económicas que puedan suponer.

Sergio Torres, propietario y escultor de Siglo Barroco, una famosa tienda cofrade en Córdoba sigue vendiendo encajes, inciensos, cordonería, túnicas y mallas con total normalidad. Atiende a Libre Mercado mientras esculpe una virgen que le han encargado. "Llevamos todo un año volcados en los preparativos de Semana Santa. Esto es una dura tarea y el coronavirus no nos va a frenar. No tenemos la certeza de que los tronos y pasos salgan, pero siempre vivimos con el riesgo de cancelación por el mal tiempo. Todos los años nuestro desafío principal es la lluvia. Por ahora, hasta que no lo dicten las autoridades, nosotros vamos a continuar nuestra labor. Los clientes así lo asumen también. No tememos al coronavirus", recalca.

En el corazón del barrio de Triana en Sevilla, en la histórica Casa del Cofrade, uno de los comercios de referencia en España en el sector de la Semana Santa, sus empleados no paran. No están nerviosos por la epidemia del Covid-19. Su propietaria, Milagros Pastor, asegura que "los clientes siguen adquiriendo velas, incensarios, costales, fajas, medallas, corbatas y cualquier producto relacionado con la celebración cristiana".

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Imagen de la Madrugá en Sevilla, escenario ideal para el Covid-19

La empresaria entiende que están ante una "situación excepcional", pero no temen descenso en las ventas en los próximos días: "Si este año la Junta cancela la Semana Santa, la gente va a guardar su túnica nueva para el año siguiente. Son artículos ligados a una tradición y con clientes que forman parte de la población local en el 90% de las ventas", destaca la dueña de la Casa Cofrade.

Pastor sí admite que la gente está preocupada y llega a su comercio preguntando que qué pasará. "¿Se suspenderá la Madrugá?", comentan algunos ante su mostrador. "Les tranquilizamos. Nosotros estamos manteniendo la calma, aplicamos los protocolos sanitarios que nos ha enviado el Ministerio de Sanidad y Trabajo. Por ahora, el foco no está en Andalucía y aquí hace calor, algo que dicen que mata al virus, así que esperamos que todo marche como siempre. De lo contrario habrá que acatar las normas que dictaminen las autoridades y evitar las aglomeraciones en Sevilla", indica.

Santas torrijas

En Málaga, los obradores están funcionando a pleno rendimiento. La cuaresma teñida por la pandemia coronavírica no está impidiendo que se sigan comiendo torrijas a mansalva. Gonzalo León de la mítica Confitería Tejeros, uno de los fabricantes pasteleros más populares de la capital andaluza y con mejor reputación, sigue vendiendo los dulces típicos de la Semana Santa al mismo ritmo que el año anterior. "Nos salva de la crisis económica por el coronavirus que nuestros consumidores son locales. Sabemos que en estas próximas fechas va a caer el turismo en picado, pero nuestro obrador vive de los malagueños que todavía no han desarrollado el pánico que están viviendo los madrileños y con razón porque allí está el foco principal de contagio", informa el responsable del obrador. Santas torrijas.

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Un pastelero hace torrijas en el Obrador Tejeros

La tranquilidad con la que nos habla el pastelero malagueño, nada tiene que ver con el nerviosismo y la situación crítica que padece otro obrador dedicado también a las torrijas. El Maestro pastelero, Roberto Martín Comontes, conocido por recibir varios premios por la excelencia de su repostería, está ya pensando en echar el cierre. Su confitería cafetería El Riojano situada en el centro de Madrid ha venido sirviendo una media de 150 torrijas al día, pero desde que el gobierno de Pedro Sánchez decretara el pasado lunes las nuevas medidas restrictivas por la epidemia del Covid-19, se han hundido completamente.

"Estamos fatal. No vendemos ni una torrija y vamos a peor. Estoy muy intranquilo. Las ventas han caído en un 150%. Solo hemos vendido hoy en todo el día 20 torrijas. Aquí no viene nadie", expresa con honda preocupación el repostero.

"Ahora mismo de ochenta sillas solo tengo tres ocupadas con clientes. No he vivido algo así en mi vida. Parece el fin del mundo, esto es apocalíptico. Tengo dos empleadas y ya tengo que ir pensando en darles de baja. Es la cuaresma y se acerca la Semana Santa, nuestro momento para aguantar todo el año y fortalecer nuestro negocio es ahora. No sé lo que vamos a hacer, pero esto es terrorífico", lamenta profundamente el propietario quien además se ha visto abocado a suspender el concurso anual de torrijas en Madrid.

En la Casa Cofrade esperan que lo que sucede en Madrid "no llegue al sur". Pero, tal y como evolucionan las estadísticas, la curva de contagiados del coronavirus sigue creciendo en nuestro país. Lo que sí temen los comerciantes es que el teletrabajo o la suspensión de clases lectivas, propicie la estampida de los ciudadanos de los focos de dominio del Covid-19, con la consiguiente expansión del virus. "Rezaremos", finaliza el escultor de Siglo Barroco.

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