Los empresarios madrileños tienen una larga lista de reclamaciones y propuestas que hacerle al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aunque todavía no han tenido oportunidad. Sánchez no se decide a recibirles, mientras que son habituales sus encuentros con las patronales catalanas. La última cita tuvo lugar este mismo mes de febrero en Barcelona. "Es muy llamativo que ya se haya reunido con los empresarios catalanes y nosotros todavía estemos esperando", reprocha el presidente de la patronal madrileña CEIM, Miguel Garrido, en declaraciones a Libre Mercado. "Madrid es un motor de creación de empleo y de competitividad empresarial. No lo entiendo", añade.
Garrido espera reunirse con el presidente del Ejecutivo para recordarle, principalmente, que "España tiene un problema principal, que es el desempleo, y que todas las medidas de los políticos tienen que estar a favor de garantizarlo por encima de todo. Por eso, hay que calcular su coste antes de implementar cualquier medida, como la subida del SMI o las rigideces laborales que traería la derogación de la reforma laboral" que planea la nueva ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
El pasado 7 de febrero, Sánchez se reunió en la capital de la región con Josep Sánchez Llibre, el presidente de la patronal catalana Foment del Treball. Llibre le hizo al líder del PSOE una petición que los socialistas ya están preparando, por lo que sus deseos serán cumplidos: la armonización de los impuestos autonómicos. Armonizar es el eufemismo que utilizan sus defensores para pretender subir la fiscalidad de manera obligatoria en las regiones que menos gravan a sus habitantes. Patrimonio, Sucesiones o el tramo autonómico del IRPF son algunos de los tributos que están en el punto de mira del PSOE, cuya gestión tienen transferida al 100% a las CCAA.
"Hay que evitar paraísos fiscales dentro del estado español", declaró el presidente de la patronal catalana, avivando la guerra que han emprendido las regiones socialistas contra Madrid por sus bajos impuestos. Y con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la cabeza.
Los empresarios, preocupados por la armonización
Tanto es así, que Montero avanzó el pasado jueves que el Gobierno propondrá "armonizar" los impuestos cedidos a las CCAA en el marco de la reforma de la financiación autonómica. Montero lleva defendiendo esta idea desde que estuviera al frente de la Consejería de Hacienda bajo el Gobierno de Susana Díaz, y ahora, tiene la capacidad –y el cargo– para llevarla a cabo. Ayer miércoles, seguía insistiendo en el Congreso en la supuesta "desleatad tributaria" de Madrid.
Las palabras de Montero no sólo han puesto en alerta a los contribuyentes que residen en regiones como Madrid, también han empezado a asustar a los empresarios. Desde CEIM, avisan de las consecuencias económicas que tendrá esta medida. Garrido reconoce estar "preocupado por la que se nos viene encima". El presidente de CEIM considera que Montero "se ha puesto como prioridad quitar a Madrid todas las competencias fiscales que pueda. Con sus últimas declaraciones, "la ministra ha puesto las cartas boca arriba, lo ha dejado claro", añade.
Aunque la subida de Sucesiones o Patrimonio no le afecta directamente a las empresas, Garrido asegura que sí tendrá un efecto indirecto, ya que "disminuirá el nivel de consumo y de inversión de todos los madrileños al retraer renta de los ciudadanos". El "círculo vicioso" de las subidas fiscales que se avecinan "disminuye la actividad de las empresas, lo que hace que caiga la contratación y aumente el paro", explica.
Garrido desmiente "la competencia desleal" de la que acusan a Madrid otras regiones –y hasta el propio Gobierno– "porque ellos también podrían bajar impuestos y no lo hacen. ¡Ojalá los empresarios de Cataluña pudieran disfrutar de nuestras condiciones!", exclama. "Hacer una guerra entre comunidades autónomas no tiene ningún sentido. Que a Madrid le suban los impuestos no implica que al resto le vaya a ir mejor, todo lo contrario. Si todas las autonomías tuvieran impuestos bajos y libertad empresarial, seríamos un país mucho más competitivo", asegura.
Sobre la tasa Tobin y la tasa Google, los primeros impuestos que ha aprobado el Gobierno, Garrido señala la "falta de detalles" que se conocen, aunque de lo que está seguro es de que "acabarán repercutiendo en el precio que paga el consumidor". Una cosa que tiene clara el presidente de CEIM, como otros expertos, es que con las figuras tributarias que ha anunciado el Gobierno "no va a tener recaudación para sufragar el gasto planeado y va a tener que subir otras figuras, como el IVA, porque se lo va a pedir Bruselas", vaticina.