El sector textil es el más dependiente de los suministros de China, ya que el 3,47% de los materiales y componentes intermedios que necesita para elaborar sus productos procede de ese país, lo que explica que la crisis del coronavirus haya forzado a algunas firmas a asumir retrasos en su producción.
Los siguientes sectores más expuestos son, según un informe de Standard & Poors, la computación y electrónica, el equipamiento eléctrico y los vehículos de motor, entre otros.
Desde el sector más afectado, el textil, el presidente de la Confederación Española de Empresas de la Confección (Fedecom), Ángel Asensio, ha explicado a Efe que el estallido del brote de Covid-19 en diciembre pasado y su propagación forzó el cierre de fábricas de componentes textiles en China hasta después del año nuevo chino (25 de enero).
"Las producciones que se han quedado para después del año nuevo chino van a tener un retraso de aproximadamente un mes y medio", ha confirmado Asensio, de manera que "algunas empresas se verán obligadas incluso a reprogramar su producción".
En su opinión, "la reacción a estas alturas debe ser la minimización de los daños", porque puede haber "pérdidas en la facturación de aquellos productos que no se puedan entregar" y "desajustes tanto en el stock (existencias) como en el margen de tiempo que tienen los comercios entre temporadas".
La patronal de la moda recomienda a las compañías a sopesar el traslado de producciones a países como Turquía, Marruecos, Portugal o España, ya que la proximidad facilita la gestión.
"China es la fábrica del mundo", añade también el analista de Invertia, Eduardo Bolinches, que explica a Efe que el cierre de las fábricas hace que "se haya paralizado la llegada de barcos" en España, aunque "de momento no estamos viendo subida de precios en el sector textil, por lo tanto, hay cierta tranquilidad".
Según Bolinches, reprogramar la producción supone un aumento de costes y "difícilmente se va a convencer a un empresario para que se vaya a fabricar a otro país dónde le cueste el doble", pero "si se llega al punto en el que China produce cero, sería la única posibilidad".
Los jugueteros
Otro ámbito productivo que se reconoce muy expuesto a los suministros chinos es el juguetero, que, sin embargo, ve "prematuro" hablar de efectos a corto plazo, ya que la producción en esta época del año es relativamente baja.
Así lo apunta la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, cuyo responsable de comercio internacional, Oliver Ginés, indica a Efe que el hecho de que esta crisis comenzara en enero ha sido "un factor beneficioso" para la industria.
En su opinión, el impacto será mayor si la situación se prolonga en las próximas semanas, ya que en marzo la fabricación se reactiva y entre el 80 y el 85 % de la producción española de juguetes depende completamente de China, aunque diseñen y planifiquen en España.
Aunque pueden excluirse algunos productos como columpios o toboganes, la gran mayoría de los juguetes, incluidas muñecas como cualquier objeto con componentes electrónicos, tiene su fabricación localizada en China.
Informática y electrónica
La informática y la electrónica es el segundo sector que más insumos (bienes intermedios) recibe de China (el 2,13% según S&P), y "los mayoristas están notando la falta de stock en algunas piezas, componentes, procesadores, discos duros... hardware, en definitiva", según Bolinches.
Más sectores
Entre los más expuestos están también los equipos eléctricos (1,75%), el motor (1,39%) la farmacia (1,33%), un sector éste último que "de momento" no se está resintiendo excesivamente, según la patronal Farmaindustria, así como maquinaria y equipos (1,26%).
El economista jefe de Intermoney, Francisco Vidal, también alerta de que "el automóvil y cierta maquinaria industrial tienen muchísimos más componentes que otro tipo de bienes, por lo tanto, ahí es donde puede verse el mayor efecto en el corto plazo".
En cualquier caso, y según destaca el analista de Singular Bank Felipe López-Gálvez, el impacto final del coronavirus en la economía española dependerá en gran medida de la propagación y extensión del virus, hasta que se encuentre una vacuna o alguna manera de contenerlo.
Para el director general de la Asociación de Empresas Industriales Internacionalizadas (Amec), Joan Tristany, la diversificación en ventas y producción de las industrias españolas será "clave" a la hora de valorar el efecto del coronavirus.
En ese sentido, el responsable de Amec defiende a Efe que una firma que centre sus ventas o producción en un solo país es completamente "dependiente" de lo que allí ocurra.
"De momento, en España, por nuestra propia estructura productiva, deberíamos movernos con un cálculo de una o dos décimas (de caída), a lo sumo, en el PIB", algo "pasajero y recuperable en gran parte en los próximos trimestres", según ha añadido al respecto Vidal.