Los líderes de la Unión Europea (UE) fracasaron el pasado viernes en su intento de cerrar un presupuesto comunitario para los próximos siete años. El motivo ha sido las profundas diferencias que persisten entre los países partidarios de recortar los fondos y los países que apuestan por incrementarlos. Este desenlace implica que los líderes tendrán que volverse a ver para intentar el acuerdo. Todo apunta que será durante la primera semana de marzo.
Los gobernantes de Austria, Dinamarca, Holanda y Suecia (Sebastián Kurz, Mette Frederiksen, Mark Rutte y Stefan Löfven) han formado un frente común para abogar por un presupuesto más pequeño y austero. En Bruselas ya se les conoce como "los frugales cuatro", a pesar de que provienen de distintas familias políticas y pertenecen a distintas generaciones.
Antes de la reunión, los cuatro dirigentes firmaron un editorial en el Financial Times para explicar su postura: "ser austeros no significa estar menos comprometidos con la UE. El éxito del proyecto europeo se debe medir por su capacidad de alcanzar metas y ofrecer resultados, no por el tamaño de su presupuesto. Defender nuestros valores compartidos no tiene precio. Y, no lo olvidemos, el principal factor de competitividad europea es el mercado común, que es un proyecto complejo, pero no costoso".
Así, el bloque pro-austeridad subraya en el FT que, "ahora que Reino Unido ha dejado la Unión Europea, tenemos que ajustar los gastos para adecuarlos al nuevo tamaño del bloque. Es momento de ser responsables y de establecer prioridades que tengan en cuenta los intereses de nuestros contribuyentes. Proponemos que la aportación al presupuesto siga suponiendo el 1% del PIB de cada país miembro y que evitemos nuevos aumentos. Además, tenemos que rediseñar el presupuesto para que se centre en los retos modernos puesto que, en la actualidad, dos tercios de sus gastos son redistribuidos de país en país".
El perfil de los líderes… y su bagaje fiscal
Sebastián Kurz ocupó la cancillería austriaca desde finales de 2017 hasta mediados de 2019 y, tras un periodo de interinidad, volvió a asumir la jefatura de gobierno en enero de 2020. Cabeza visible del Partido Popular desde 2017, tiene apenas 33 años, lo que le convierte en el gobernante más joven del mundo. Austria alcanzó el superávit fiscal en 2019, algo que no ocurría desde 1974, y su deuda pública ronda el 67% del PIB.
A sus 42 años, Mette Frederiksen es la líder de los socialdemócratas daneses desde 2015 y ocupa el cargo de primera ministra desde mediados de 2019. Su gobierno tiene previsto mantener las cuentas equilibradas durante toda la legislatura. La deuda pública de su país se ha reducido de forma progresiva y apenas alcanza el 32% del PIB.
Mark Rutte suma ya diez años al frente del gobierno de los Países Bajos y tres lustros al mando del Partido Liberal de su país. Tiene 53 años. Las cuentas públicas alcanzaron un superávit en 2017 y se han mantenido en terreno positivo desde entonces. La deuda pública holandesa se ha reducido hasta situarse en el 47% del PiB.
El más veterano del grupo es el sueco Stefan Löfven, que tiene 62 años. Sindicalista con una amplia trayectoria en las centrales de trabajadores del metal, dio el salto al liderazgo del Partido Socialdemócrata en 2012 y consiguió alcanzar la jefatura de gobierno en 2014, gracias a un pacto con Los Verdes. Desde enero de 2019, Löfven gobierna con tres socios parlamentarios de distinto signo: el Partido Centrista, el Partido Liberal y el Partido de la Izquierda. Las cuentas públicas del Reino sueco han registrado superávit de forma sostenida desde 2015, permitiendo que la deuda baje hasta el 33% del PIB.