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Escándalo en el Banco Mundial: el dinero para los pobres, ¿acaba en paraísos fiscales?

La economista jefe de la organización dimite tras impedirse la publicación de un informe que revela tales prácticas corruptas.

La economista jefe de la organización dimite tras impedirse la publicación de un informe que revela tales prácticas corruptas.
¿El dinero de la "ayuda al desarrollo" termina en paraísos fiscales? | Cordon Press

Jorgen Juel Andersen y Niels Johannesen son dos economistas nórdicos que, hace ahora cinco años, presentaron las conclusiones de un interesante estudio en el que vinculaban las subidas en el precio del petróleo con el aumento del dinero enviado desde los países productores de crudo hacia "paraísos fiscales" y otras jurisdicciones.

Siempre se ha dicho que poseer "oro negro" puede ser una maldición, puesto que la mayoría de los países que cuentan con amplias reservas de petróleo terminan atrapados en un círculo vicioso, según el cual la estructura productiva y exportadora del país pierde dinamismo y diversificación, viéndose desplazada por un modelo de crecimiento en el que todo parece depender de los precios del crudo, a menudo gestionado por el Estado.

Lo que quizá no se había considerado era que además de producirse este tipo de deterioro, conocido como la enfermedad holandesa, también podría existir una relación entre el aumento de los precios del crudo y la corrupción. Sin embargo, tiene todo el sentido considerar esta hipótesis, puesto que hablamos de grandes entradas de capital en países con una débil estructura institucional y con serios problemas de corrupción.

Eso es lo que decidieron medir el noruego Andersen y el danés Johannesen. Y su investigación fue concluyente: cuando aumentan significativamente las ventas de crudo, se produce casi a renglón seguido una subida en el dinero que sale de los países productores de petróleo con rumbo a "paraísos fiscales".

"Ayuda al desarrollo", corrupción y evasión fiscal

Dos años después de presentar sus conclusiones preliminares, Andersen y Johannesen presentaron el estudio definitivo, en el que detallan sus resultados. Desde un primer momento, sus pesquisas habían despertado la curiosidad de Bob Rijkers, un joven y prometedor economista que ha desarrollado una trayectoria fulgurante en el Banco Mundial desde que entró en la plantilla de la entidad hace ahora doce años.

Rijkers sospechaba que lo mismo que ocurría con las subidas del precio del petróleo podía suceder también con la concesión de grandes cantidades de "ayuda al desarrollo". Al fin y al cabo, si hablamos de políticos sin escrúpulos que no dudan en apropiarse de la riqueza que genera el petróleo, ¿por qué no iba a suceder lo mismo cada vez que las instituciones multilaterales les entregan ingentes cantidades de dinero, en el marco de los polémicos programas contra la pobreza que tantas críticas han recibido por parte de expertos en desarrollo como Bill Easterly o Dambisa Moyo?

De modo que Rijkers se puso en contacto con Andersen y Johannesen decidieron sumar fuerzas y estudiaron si, en efecto, la entrada de "ayuda al desarrollo" y la salida de dinero a "paraísos fiscales" funcionan como vasos comunicantes. En efecto, no solo apreciaron tal relación, sino que concluyeron que, en promedio, el 7,5% de dinero público entregado por dichos organismos entra por la puerta delantera de los gobiernos de los países pobres pero acaba saliendo por la puerta de atrás de las instituciones, a través de todo tipo de tretas que permiten desviar dicho capital hacia "paraísos fiscales". La muestra considerada por los autores incluía veintidós países y apunta, de hecho, que este porcentaje puede alcanzar el 15%.

La flamante economista jefe del Banco Mundial, Penny Goldberg, recibió el estudio de Andersen, Johannesen y Rijkers con interés y se dispuso a publicarlo. Sin embargo, diversas fuentes apuntan que habría sufrido fuertes presiones para evitar que saliese a la luz dicho estudio, puesto que habría motivado un gran escándalo que habría puesto en duda la operativa del Banco Mundial y de similares entidades financieras multilaterales.

Goldberg ha anunciado que vuelve a su plaza de profesora en la Universidad de Yale, un puesto que había abandonado hace apenas quince meses. The Economist ha vinculado abiertamente su decisión al fiasco de la no publicación del informe elaborado por Andersen, Johannesen y Rijkers. Sucede, además, que el Banco Mundial ya perdió a comienzos de 2018 a su anterior economista jefe, Paul Romer, cuando quien fuera receptor del Premio Nobel de Economía puso encima de la mesa la posibilidad de que los resultados del informe Doing Business hayan sido manipulados por distintos países, como por ejemplo Chile.

PD: El informe ha sido filtrado por uno de los autores, que lo ha compartido en su página web. Puede consultarse aquí.

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