El curso 2020 será muy intenso para la política estadounidense. De momento, la campaña a la reelección de Donald Trump ha empezado el año con buen pie. No en vano, el presidente ha sido absuelto del intento de destitución que lanzaron los demócratas y viene de anotarse las mejores cifras de aprobación popular de todo su mandato, según las encuestas. Pero, ¿qué hay de la economía? ¿Qué mensajes va a lanzar el inquilino de la Casa Blanca para hacer valer su gestión en dicho campo?
Desde que Donald Trump fue elegido Presidente en noviembre de 2016 se han creado en Estados Unidos unos 6,7 millones de nuevos puestos de trabajo. Centrando el análisis en el periodo que va de enero de 2017 a diciembre de 2019, la cifra arroja un total de 4,9 millones. A Trump le gusta más el primer dato, porque refleja el boom de contratación que se produjo tras conocerse su victoria electoral, si bien Barack Obama seguía en la Casa Blanca por aquel entonces.
Es importante señalar, eso sí, que el equipo económico de la Administración Obama tenía previsto que la creación de empleo entre 2017 y 2019 fuese de apenas dos millones, una proyección realizada bajo la hipótesis de que la política económica se mantendría constante. Por lo tanto, la cifra de cerca de 5 millones de nuevos ocupados sería una muestra de la fuerte aceleración del mercado laboral, que habría dejado sus cifras de contratación para dicho periodo en niveles dos veces mayores a lo esperado. Por lo tanto, la clave no es tanto el hecho de que se cree empleo, puesto que el mercado de trabajo sí llevaba ya varios años recuperándose de la crisis, sino que la ocupación aumenta muy por encima de lo esperado, constatando una respuesta favorable a la política económica desplegada por el mandatario republicano.
¿Pleno empleo?
La tasa de paro media registrada durante los tres primeros años de mandato del empresario es la más baja de la historia. El último dato disponible la rebaja al 3,5%, una cifra que deja a Estados Unidos muy cerca del umbral del 3% a partir del cual muchos expertos hablan, de facto, de una situación de pleno empleo.
Este dato es otro de los mensajes clave con los que Trump acudirá a las urnas en noviembre. Y, aunque nada garantiza que la economía no pueda entrar en una fase correctiva durante los próximos meses, lo cierto es que el adelanto de los datos de empleo del pasado mes de enero ha generado un enorme optimismo económico, puesto que se crearon 290.000 nuevos empleos, frente a los 150.000 que esperaban los expertos.
El presidente estadounidense también presume del boom que ha experimentado la llamada economía de la clase trabajadora o economía de cuello azul. Desde 2017 se han abierto 12.000 nuevas fábricas, frente a las 60.000 que cerraron sus puertas durante el mandato de Obama. Por otro lado, el empleo creado en el ámbito industrial rebasa el medio millón de nuevos puestos de trabajo.
A la espera de que se confirmen esos extraordinarios datos que avanzó el boletín de empleo del mes de enero, las cifras definitivas para diciembre ya apuntaban un paro del 6,6% para los afroamericanos, del 4,4% para los hispanos o del 3,3% para los asiáticos. Tres grupos étnicos a los que la izquierda se dirige insistentemente encuentran ahora niveles récord de ocupación bajo el liderazgo de Trump, que de hecho está dedicando parte de su campaña a la reelección a seducir a estos votantes, que históricamente han sido un caladero de votos de los demócratas, especialmente en el caso de la población negra.
Lo mismo está sucediendo con el empleo de otros colectivos a los que Trump quiere conquistar de cara a las próximas elecciones. Los veteranos de guerra, por ejemplo, tienen hoy un desempleo del 3,1%, la cifra más baja de la historia. Las mujeres enfrentan un paro del 3,6%, lo que supone el registro más bajo en setenta años. Además, el 70% del empleo creado en 2019 fue ocupado por mujeres. Los indicadores son similares entre ciudadanos sin estudios, discapacitados, etc.
Otros indicadores
Además, a Trump le gusta decir que estos datos están ayudando a que la gente se valga por sí misma y no dependa de la ayuda del Estado. Para muestra, un botón: si en el gobierno de Obama hubo diez millones de personas que pasaron a recibir "cheques de comida" (food stamps), en el de Trump hay siete millones de ciudadanos que han salida de dicho programa asistencial.
El magnate también ha querido poner en valor el desempeño de la economía bajo su presidencia con indicadores que tradicionalmente emplea la izquierda. Así, ha destacado que "el 50% de menor renta ha aumentado su riqueza un 47%, tres veces más que el 1% de mayores ingresos". También ha afirmado que "los sueldos están aumentando y, entre quienes menos ganan, los salarios son hoy un 16% mayores".
Por último, Trump se ha posicionado como el candidato de las familias y ha estimado en más de 2.000 dólares el aumento de la renta disponible de los hogares con hijos tras la fuerte rebaja de impuestos que se aprobó a finales de 2017.