Menos crecimiento y más paro. El Gobierno ha rebajado al 1,6% su estimación de crecimiento para este año, desde el 1,8% anterior (una cifra que también rebajó el pasado mes de octubre). Además, los socialistas también han empeorado sus previsiones de desempleo para este año, y han elevado la tasa de paro hasta el 13,6%, un punto más. Así lo ha desvelado el Ejecutivo con el nuevo cuadro macroeconómico que acompañará los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2020 que el Ejecutivo quiere tener aprobados para antes del verano.
Así lo ha anunciado la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, al término de la reunión del Consejo de Ministros, donde ha indicado que esta previsión está en línea con las de los principales analistas nacionales e internacionales.
Para 2020, el Gobierno prevé un crecimiento del 1,6%, que se elevará al 1,7% en 2023, mientras que la tasa de paro pasará del 13,6% este año, al 13% en 2021 y acabará en el 12,3% en 2023, la tasa que el Ejecutivo esperaba lograr ya este mismo año.
Calviño destacó que el Gobierno tratará de compaginar el crecimiento inclusivo y la sostenibilidad de las cuentas públicas desde los principios de la "prudencia, la responsabilidad y el realismo", y resaltó que España seguirá creciendo por encima de la media de la UE en los próximos años.
Consumo y exportaciones
De acuerdo con el desglose del cuadro macroeconómico, el consumo privado crecerá este año un 1,5%, más o menos la misma tasa hasta el 2023 (un 14% en 2021 y un 1,3% los dos años siguientes), mientras que el consumo público aumentará un 2% y se reducirá hasta el 1,6% en 2023.
Por su parte, las exportaciones crecerán un 2,7% este año, pero se irán acelerando al 2,9% en 2021 y por encima del 3% tanto en 2022 como en 2023; al tiempo que las importaciones repuntarán un 2,6% en 2020 y también se acelerarán hasta el 2,9% al año siguiente y por encima del 3% en los dos ejercicios posteriores.
Junto con la tasa de paro, que aún superará el 12% en 2023, el Gobierno prevé que el empleo crezca un 1,4% tanto este año como los dos siguientes y para 2023 estima una ligera aceleración hasta el 1,5%, más o menos en línea con la previsión de crecimiento económico.
El equilibrio presupuestario se aleja
Sobre los próximos objetivos de déficit y deuda pública, el Gobierno ha decidido dar más margen a estas variables. Así el Consejo de Ministros ha aprobado elevar la previsión de déficit público al 1,8% del PIB este año y estimar un 1,5% en 2021, un 1,2% en 2020 y un 0,9% en 2023, al tiempo que estima que la deuda pública rondará el 90% del PIB al final de legislatura.
Como se observa en el cuadro, la nueva senda de estabilidad presupuestaria del Gobierno socialcomunista oficial hasta este martes, nada tiene que ver con la aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2017, que fijó un objetivo de déficit para el conjunto del Estado del 0,5% del PIB para 2020 y estabilidad presupuestaria (déficit 0) ya en 2021. Ni en 2023 los socialistas estiman que España pueda alcanzar el equilibrio presupuestario, por lo que no será en esta legislatura.
Respecto a la deuda pública, el Gobierno calcula que la ratio de deuda pública sobre PIB será del 94,6% este año, del 93,4% en 2021, del 91,% en 2022 y terminará la legislatura en el 89,8%.
Más impuestos para sufragar el gasto
Además, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha dado luz verde al techo de gasto, con un alza del 3,8%, hasta los 127.609 millones, como paso previo a los Presupuestos de 2020, que espera aprobar en verano.
Montero confía en sufragar este aumento del gasto gracias a los nuevos impuestos que planean los socialistas y a la "mayor recaudación por la actividad económica", ha dicho en la rueda de prensa.
Respecto a esta subida fiscal, la ministra de Hacienda ha avisado de que tiene listas la Tasa Google, el impuesto a las tecnológicas, y a la Tasa Tobin, el impuesto a las transacciones financieras, para empezar a aplicarlas. Eso sí, la andaluza ha dado un balón de oxígeno al contribuyente ya que ha asegurado que la gran batería de subidas fiscales que planea el Gobierno no tendrá carácter retroactivo.
Aunque Montero ha prometido que las subidas de impuestos "no van a afectar a la fiscalidad de clase media y clase trabajadora" porque "son colectivos que tienen que recuperar los derechos que perdieron en la crisis", la lista de impuestos que sí afectarán a las rentas más bajas cada vez es más alta. Además, todo hace presagiar que las tecnológicas o la banca trasladarán el aumento de la fiscalidad a los usuarios.