Aunque el Impuesto de Patrimonio fue creado en la segunda mitad de los años 70 como un gravamen transitorio, lo cierto es que esta figura fiscal sigue en pie cuatro décadas después. La Comunidad de Madrid es la única que no aplica el gravamen, mientras que el resto de regiones mantiene en vigor este polémico impuesto.
Pero la fiscalidad aplicada a la propiedad no se canaliza solamente a través del Impuesto sobre el Patrimonio: también está presente en tasas como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, que grava anualmente a los titulares de viviendas y locales. De hecho, este tributo juega un papel crucial en la fiscalidad de los Ayuntamientos, puesto que se trata de una de sus principales fuentes de ingresos.
En ocasiones se dice que España no aplica los suficientes impuestos a la riqueza. El PSOE se ha mostrado partidario de armonizar el Impuesto de Patrimonio para evitar que la Comunidad de Madrid renuncie a aplicarlo. Podemos comparte esta tesis y, además, reivindica otras tasas centradas en golpear a los contribuyentes de mayor riqueza, como por ejemplo aplicando un IVA diferenciado para los "productos de lujo", propuesta de dudoso encaje en la normativa europea del impuesto. Este tipo de ideas forman parte de las conversaciones para formar gobierno.
Comparativa con la UE
Pero, más allá de los mitos propagados por la izquierda, lo cierto es que los impuestos sobre la propiedad aplicados en España ya se sitúan entre los más gravosos de la Unión Europea. Así se desprende del informe Taxation Trends, elaborado anualmente por la Comisión Europea y centrado en analizar la estructura fiscal de sus 28 países miembros.
Si medimos la recaudación fiscal obtenida de estos impuestos, vemos que solo Francia, Reino Unido, Bélgica y Grecia logran más ingresos que España. Nuestro 2,7% del PIB se queda por debajo del 4,9% galo, el 4,3% británico, el 3,6% belga o el 3,2% heleno, pero nos convierte en el quinto país que más recursos fiscales obtiene por esta vía. Por comparación, estos porcentajes son del 2,5% en Dinamarca e Italia, el 2,1% en Portugal, el 1,7% en Países Bajos, el 1,6% en Finlandia, el 1,2% en Suecia, el 1,1% en Alemania o el 0,8% en Austria.
De hecho, si analizamos qué porcentaje de los ingresos fiscales llega por este camino, vemos que España sube el cuarto lugar de la tabla. El 8% de nuestra recaudación proviene de este tipo de tributos, un porcentaje que solo superan el 12,6% británico, el 10,6% galo y el 8,3% heleno. Nuestro resultado es muy similar al de Bélgica y nos coloca por encima de Portugal (6%), Italia (5,9%), Dinamarca (5,4%), Irlanda (4,8%), Países Bajos (4,3%), Finlandia (3,7%), Alemania (2,8%), Suecia (2,6%) o Austria (1,8%).