Nadia Calviño llegó al gobierno de España como supuesta garante de la estabilidad presupuestaria. Tras una larga trayectoria en la burocracia de Bruselas, su incorporación fue interpretada como un gesto conciliador de Pedro Sánchez con todos aquellos que temen que el Ejecutivo socialista vuelva a dejar un agujero fiscal como el que creó su anterior líder, Rodríguez Zapatero.
En sus comparecencias públicas, la dirigente gallega ha insistido una y otra vez en defender que el gabinete sanchista está comprometido con la reducción del déficit y la consolidación presupuestaria. En la misma línea, Calviño ha enviado todo tipo de mensajes optimistas sobre la evolución de la economía y del empleo, recordando por momentos el optimismo de anteriores ministros socialistas como Pedro Solbes y Elena Salgado, famosos por negar el desplome económico.
Pero el tiempo ha puesto de manifiesto que, lejos de ser una garantía de estabilidad presupuestaria, la gestión de Nadia Calviño en materia económica se ha convertido en sinónimo de deterioro fiscal. Y es que, mientras la tecnócrata insiste públicamente en su compromiso en materia de reducción del déficit, lo cierto es que sus primeras negociaciones con Bruselas han consistido en frenar el ritmo de reducción del descuadre presupuestario por un monto que supondrá 1.400 euros más de deuda por familia.
De hecho, el curso 2019 se cerrará sin mejoras en este sentido, marcando un año perdido en materia de consolidación presupuestaria y complicando más aún el cumplimiento de las metas para 2020, que previsiblemente también se van a rebasar.
"Se ha hecho una gestión tremendamente responsable"
Quizá consciente de que su discurso no es creíble, Nadia Calviño ha sorprendido esta semana con un nuevo giro. Así, en una entrevista publicada por La Vanguardia, la responsable de Economía ha criticado el Pacto de Estabilidad que define desde Bruselas las metas de endeudamiento y déficit exigidas a los diversos socios europeos. De esta forma, Calviño asume el discurso de su socio de gobierno, Podemos, que siempre ha cargado contra dichas reglas.
Según dice ahora Calviño, "el Pacto de Estabilidad no se corresponde con la realidad de España". No solo eso: la dirigente socialista considera que incluye "elementos metodológicos que son cuestionables". Para la política gallega, "el Pacto puede ser útil para otros países más estables", pero no aplicaría para España.
La cosa no acaba ahí, sino que Calviño afirma sorprendentemente que "se ha hecho una gestión presupuestaria tremendamente responsable", a pesar de que 2019 fue el primer año desde los peores momentos de la crisis en que el déficit volvió a aumentar. La política gallega responsabiliza a la falta de Presupuestos y la situación de interinidad, pero ese mismo escenario no impidió que el anterior gobierno de Mariano Rajoy lograse una reducción del déficit consistente con lo esperado por Bruselas, cosa que la propia Calviño no puede desconocer, debido a sus anteriores responsabilidades en la Comisión Europea.
Mirando adelante, Calviño apunta que está "preparando el proyecto de ley de Presupuestos" y confirma que será negociado por socialistas y comunistas con ERC y el resto de grupos políticos, a quienes la también vicepresidenta exige "altura de miras".