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La ignorancia de Podemos con los agricultores amenaza con encarecer la cesta de la compra

El ala comunista del Gobierno aboga por fijar precios mínimos en el sector agrícola.

El ala comunista del Gobierno aboga por fijar precios mínimos en el sector agrícola.

Las ansias de Podemos por fijar precios de forma arbitraria, al margen de los mecanismos que establece el mercado a través de la ley de la oferta y la demanda, continúan. Primero fue el salario mínimo, establecido ahora en 950 euros brutos al mes, así como la posibilidad de establecer un tope máximo a las rentas del alquiler en el centro de las ciudades, pero ahora el intenso intervencionismo del ala comunista del Gobierno se extiende al precio de los productos agrícolas.

El partido de Pablo Iglesias, socio de coalición del PSOE, ha aprovechado las protestas que han protagonizado los agricultores en los últimos días, cuyo origen, entre otros factores, deriva de la subida del salario mínimo y el consiguiente aumento de los costes de producción, para reclamar una "ley de precios mínimos".

En concreto, Podemos argumenta que el precio en origen que reciben los agricultores es muy bajo en comparación con el precio de venta al público que alcanzan sus productos en la tienda, hasta el punto de no cubrir costes, culpando de ello a los beneficios que obtienen los intermediarios y las grandes cadenas de distribución, tal y como expresaron Ione Belarra, secretaria de Estado de Agenda 2030, o el histórico de Podemos Juan Carlos Monedero.

Y para justificarlo, Belarra contrasta el precio de la naranja en origen, 0,23 euros por kilo, frente a los 1,55 que registra en el supermercado, un aumento próximo al 600%. Los líderes de Podemos evidencian así su manifiesta ignorancia sobre la formación de precios, ya que, lejos de analizar mínimamente el por qué de tal diferencia, se lo endosan, directamente, al "negocio redondo de intermediarios y grandes empresas" sin aportar ni un solo dato.

Lo primero que desconocen es que si, tal y como dicen, la intermediación y venta de cítricos cosechara un margen tan abultado de beneficios a un puñado de empresas, otras muchas compañías no habrían dudado en entrar a este lucrativo sector mediante precios más bajos, incrementando con ello la competencia y, en última instancia, abaratando el producto de forma sustancial.

Pero lo más grave es que parecen ignorar por completo la compleja cadena de producción y valor que va del campo al supermercado, que es lo que realmente explica el precio final del producto y su estructura. El Observatorio de Precios de los Alimentos, dependiente del Ministerio de Agricultura, publicó en su día un detallado informe sobre la cuestión.

Aunque hace alusión a la campaña de 2010-2011, es válido como ejemplo, ya que, por entonces, la diferencia de precios en el árbol y el supermercado era incluso superior a la actual, al rozar el 800%. Tal y como refleja el siguiente gráfico, el precio de venta al público de la naranja (N) oscilaba entre los 1,168 y los 1,491 euros por kilo, mientras que en origen costaba entre 0,135 y 0,163.

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Sin embargo, la suma de los beneficios obtenidos apenas asciende al 5% sobre el precio final de venta. Es decir, en el caso de la distribución en plataformas y grandes superficies, los costes representan el 95% del precio final de la naranja: el coste de distribución ronda el 78%, mientras que los de producción representan el 17%.

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Y en cuanto a los beneficios, el margen para el agricultor ronda el 4%, frente al 1% de la tienda. De hecho, hoy por hoy, el margen medio de ganancia por unidad vendida de los tres principales distribuidores españoles (Mercadona, Carrefour y Dia) apenas ronda los 3 céntimos por producto (incluyendo todo lo que comercializan, no sólo naranjas), tal y como explica el economista Juan Ramón Rallo. Así pues, fijar un precio mínimo por ley, superior al que marca el mercado, se traduciría, en todo caso, en un encarecimiento generalizado de la cesta de la compra.

Los costes de producción

En cuanto a los costes que incluye la venta de naranjas del campo a la mesa, destacan los siguientes:

1. Producción (cultivo): mano de obra asalariada; maquinaria; agua; fertilizantes y productos fitosanitarios.

2. Comercialización en origen:

  • Recolección: en el caso de los cítricos, es asumida por la central hortofrutícola, si bien la operación puede ser realizada físicamente por el productor que cobra directamente de la central.
  • Transporte del campo a la central hortofrutícola: es el transporte de la producción recogida desde las fincas de origen en el campo hasta la central hortofrutícola. Normalmente corre a cargo del comprador que, tratándose de distancias cortas, suele disponer de flota propia.
  • Destrío y mermas: coste por la diferencia entre el total de kilos de producto que entran en la central hortofrutícola y los que finalmente se comercializan como primera categoría.
  • Materiales: es el coste de los materiales empleados en el envasado de los productos terminados y su posterior paletizado.
  • Mano de obra directa: es el coste del personal dedicado a las actividades de manipulación, envasado y almacenaje del producto.
  • Gastos generales: comprende todo el resto de gastos fijos de la actividad, como infraestructura (alquiler/amortización instalaciones, maquinaria), suministros (luz, teléfono, agua, etc.), seguros…
  • Gastos comerciales: comisiones y rapeles.
  • Transporte a destino: es el transporte desde el proveedor en origen al mayorista o plataforma de distribución según la configuración de comercialización. Normalmente, se realiza por parte del proveedor (transporte propio o subcontratado) y está incluido en el precio de venta al mayorista o distribuidor.

3. Comercialización en destino:

  • Gastos generales: comprende los gastos en infraestructura (alquiler/amortización instalaciones, maquinaria), suministros (luz, teléfono, agua, etc.), seguros, servicios externos, estructura (personal directivo y de oficinas), etc.
  • Mermas y transporte de plataforma a tienda.

4. Punto de venta

  • Transporte al punto de venta.
  • Mermas de tienda: es el coste del producto que se estropea o no se vende en la tienda.
  • Mano de obra: es el coste del personal de tienda.
  • Gastos generales: gastos propios de la tienda.

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