A comienzos de 2012, el gobierno de Mariano Rajoy se encontró un enorme desaguisado en clave fiscal. El déficit público superaba los 100.000 millones de euros pero, además, se situaba alrededor de 30.000 millones por encima de lo anunciado por el Ejecutivo anterior de Rodríguez Zapatero. De modo que la austeridad estaba llamada a convertirse en una de las bases de la nueva etapa política que abría España.
En los años que siguieron, el gobierno de Rajoy apostó por una política de estabilización marcada por dos objetivos: por un lado, la contención del gasto, con la meta de frenar un aumento demasiado elevado del mismo; por otro lado, el crecimiento de los ingresos, inicialmente con subidas de impuestos y posteriormente con el aumento de la actividad y del empleo como principal factor generador de rentas tributarias.
Si acudimos a los datos del INE y analizamos la evolución del gasto durante el conjunto de la Era Rajoy podemos comprobar que este dato arroja un descenso trimestral medio de 1.500 millones de euros. Así, en 2012 encontramos que el comportamiento del gasto fue ligeramente alcista, con una subida trimestral media de 3.700 millones. Esta cifra se tiñó de rojo en 2013 y 2014, cuando el saldo trimestral medio arrojó una corrección de 12.000 y 16.500 millones, respectivamente. El gasto volvió a subir en 2015, con 4.500 millones de crecimiento trimestral medio, pero se moderó de nuevo en 2016, con un repunte trimestral medio de 3.000 millones, y en 2017, con una expansión trimestral media de 2.500 millones.
Este comportamiento de moderación en el gasto empezó a invertirse en 2018, coincidiendo con el relevo en el cambio de gobierno a mediados de año. Ese curso, el repunte trimestral medio fue de 16.000 millones de euros. Eso sí: el aumento acumulado del gasto fue de 10.800 millones entre enero y junio y de 21.300 millones entre julio y diciembre. Pero las puertas del gasto público volvieron a abrirse de par en par en el ejercicio 2019, cuando el gasto aumentó a un promedio trimestral de 24.800 millones.
Así las cosas, el conjunto del periodo de gobierno del PP se saldó con una evolución trimestral media de -1.500 millones de euros, frente a un repunte medio de 23.400 millones en los trimestres gestionados por el PSOE. Un cambio estructural en materia presupuestaria que explica por qué 2019 ha sido el primer año desde los peores momentos de la crisis en que no se ha producido mejora alguna en el gasto.