En el invierno, la factura de la luz es el recibo más temido en los hogares españoles. Las bajas temperaturas y la llegada de la nieve en muchas regiones hace que encender la caldera sea una opción inevitable. Sin embargo, existen algunas alternativas para reducir el coste causado por el uso de radiadores, calderas y calefacciones eléctricas. Además, la semana pasada el Boletín Oficial del Estado publicó la circular de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en la que explican las nuevas tarifas y horarios de la electricidad.
Entre los métodos para minimizar el coste energético, los expertos aconsejan, primeramente, purgar las calderas. Lo principal es que el agua pueda circular por los conductos con la mayor libertad y fluidez. Suele ocurrir que durante los meses en los que tenemos apagado los radiadores, éstos se llenan de aire. De este modo, se obstruye el paso del agua caliente y, para que esto no ocurra, hay que sacar el aire una vez al año para elevar la efectividad. En la factura puede notarse esta mejora con el ahorro de algunos euros.
Otra práctica que debe evitarse y que engrosa la factura es secar la ropa cubriendo el radiador. Esto provoca que consuma mayor energía ya que la casa no se termina de calentar. Para aprovechar mejor el calor dentro del hogar, lo ideal es colocar las prendas en un tendedero cerca de la calefacción.
Otro problema común que suele disparar el recibo es el de tener una caldera sin revisar, ni haber cumplido con el mantenimiento aconsejado. Incluso, dado el momento, la inversión en una calefacción moderna y optimizada siempre minimiza el impacto del coste final de la factura. Si hemos recibido un buen susto con el recibo y creemos que es ya hora de realizar un cambio en los radiadores, siempre podemos recurrir a solicitar un crédito inmediato. Para saber qué cantidad solicitar sería conveniente comprobar si en la comunidad autónoma donde vivimos existe algún plan Renove.
Aprovechar el calor del día también es una buena forma de calentar las estancias. Hay que mantener, en la medida de lo posible, las ventanas y persianas abiertas para dejar paso al sol y después cerrarlas conforme va cayendo la tarde. Solo será necesario hacerlo durante un par de horas De esta forma se concentra mejor el calor en la vivienda. Además, desde el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) aconsejan "ajustar el encendido de la calefacción al horario real de ocupación de la vivienda".
Por último, revisar las fugas, instalar ventanas y puertas aislantes, comprar un termostato programable, y mantener una temperatura entre 19 y 22 grados de media por la noche será beneficioso para nuestra cuenta bancaria. Si dichos métodos se llevan a cabo, la factura de la luz terminará doliendo menos al bolsillo.