Ante la crisis económica que viene afrontando Venezuela, Nicolas Maduro, en un intento de buscar medidas a la desesperada para la situación límite a la que ha abocado a su país, está considerando privatizar la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Según la información publicada por la agencia Bloomberg, Maduro estaría interesado en que entraran corporaciones internacionales como la rusa Rosneft, la italiana Eni y la española Repsol.
Sin embargo el Ejecutivo controlado por la cúpula chavista no lo tiene tan fácil: la propuesta debe ser aprobada por la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional porque es la única manera de conseguir la seguridad jurídica en cualquier inversión. Por tanto la última palabra ante esta estrategia de Nicolás Maduro, está en manos de Juan Guaidó.
En estos momentos el estado venezolano está en bancarrota y hace mucho tiempo que no puede sacar partido a la capacidad productiva de la compañía. El diputado opositor y presidente de la Comisión de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional, Elías Matta, aseguró en octubre que para recuperar la industria petrolera, y para que se pueda volver a producir al menos dos millones de barriles, se necesita una inversión de entre 180.000 y 200.000 millones de dólares.
En 1998, PDVSA tenía una producción de 3,5 millones de barriles diarios, ahora bombea a un mínimo histórico de 700.000 barriles por día, a pesar de tener una de las reservas petroleras más grandes conocidas del mundo. Asimismo, las reservas extranjeras del Banco Central han disminuido a su menor nivel en tres décadas, mientras que el efectivo del país suma menos de 1.000 millones de dólares.
Sin embargo, la inmensa crisis que atraviesa Venezuela ha provocado la caída de los precios del petróleo y junto con la presión extranjero. Maduro se ha visto obligado a doblegar muchos principios socialistas recientemente. Por ejemplo, terminó con los controles de divisas e importaciones, lo que permite el crecimiento de una economía de mercado dolarizada y restringida.