El nombramiento de José Luis Escrivá como ministro de Seguridad Social fue interpretado como un giro a la ortodoxia económica en materia de pensiones. Sin embargo, la primera decisión tomada por el nuevo gobierno de PSOE y Podemos en este campo contempla el abandono definitivo del factor de sostenibilidad y la revalorización deficitaria de las pensiones con cargo al endeudamiento público, todo en aras de indexar dichos pagos al IPC.
La decisión de ligar pensiones e IPC se traducirá en un aumento de gasto cercano a 1.500 millones de euros. Durante el conjunto de la legislatura, el coste acumulado de la medida puede situarse en el entorno de los 9.000 millones, siempre y cuando se materialicen los escenarios de inflación previstos por entidades como el Banco de España o el Fondo Monetario Internacional.
Escrivá empieza, pues, decepcionando a quienes esperaban que su incorporación ayudase a reducir el déficit. Pero, siendo justos, la medida que acaba de aprobar el gobierno tiene buena prensa entre los perceptores de pensiones, un colectivo cada vez más grande y, por tanto, un caladero de votos que conviene cultivar para maximizar las perspectivas electorales...
Pero, ¿qué pasa con el resto de ciudadanos que aún no reciben una pensión y están viendo cómo el sistema ensancha su déficit y camina hacia un escenario insostenible? El Instituto BBVA de Pensiones ha publicado una encuesta centrada en los ciudadanos españoles de entre 40 y 50 años.
La generación del baby boom se muestra, por lo general, pesimista sobre la evolución del sistema de jubilación basado en el modelo de reparto. Además, un 72% cree que recibirá una pensión inferior a las aportaciones que realizan a la Seguridad Social, una cifra que demuestra que los trabajadores tienen claro que las subidas deficitarias del presente serán los recortes del mañana.
Según los técnicos de BBVA, lo cierto es que un trabajador ocupado durante cuarenta años financia con sus cotizaciones sociales unos trece años de pensión. Sin embargo, la percepción de la pensión se extiende, de media, por un periodo de diecisiete años.
Esto significa que hay un desfase importante entre las aportaciones realizadas al sistema y las pensiones recibidas del mismo. Así, los jubilados están cobrando hoy alrededor de un 30% más de lo pagado en concepto de cotizaciones sociales. Dicho de otro modo, de cada 100 euros de pensión, la cotización de toda la vida laboral solo soportaría unos 70 euros.
Libre Mercado ya ha señalado que el desfase entre ingresos y gastos del sistema de pensiones está alcanzado dimensiones tan preocupantes que cada pensión bajaría en 150 euros si no se estuviesen emitiendo nuevas deudas para pagar las jubilaciones del sistema de Seguridad Social.
Pese a este desequilibrio, el 84% de los encuestados por el Instituto BBVA de Pensiones afirman que el Gobierno tiene que asegurar el poder adquisitivo de las pensiones, revalorizándolas con el IPC. Por atractiva que resulte esta propuesta, lo cierto es que resulta inviable a fecha de hoy.
Así, el coste acumulado de volver a la "indexación" sería de 327.000 millones y, para financiarlo, solo habría dos fórmulas posibles: disparar el déficit de la Seguridad Social (crecería un 50% y llevaría al sistema al colapso financiero) o disparar las cotizaciones sociales (quitando 830 euros a cada trabajador).
El 41% de los españoles ahorra para la vejez
Hay un porcentaje importante de españoles que no ahorra para la vejez. Un 33% afirma que no le preocupa su futura pensión, mientras que otro 26% tiene problemas para acumular fondos debido a sus estreches económicas. Del 41% que sí ahorra de forma sistemática, la media es un esfuerzo mensual que ronda los 460 euros.
Aunque el destino más frecuente de estos ahorros son las cuentas bancarias, también es cierto que la generación del baby boom cuenta con un importante stock de patrimonio inmobiliario. Aunque los ingresos medios de estas familias no son excesivamente altos (alrededor de 2.000 euros mensuales), el 80% posee su vivienda en propiedad y, de dicho porcentaje, la mitad la ha pagado ya por completo.