Desde la primavera del año pasado, las empresas españolas están obligadas a registrar la jornada de sus trabajadores. La introducción del control de horarios ha tenido un impacto notable, puesto que ha recortado significativamente el número de horas extraordinarias que realizan los trabajadores, tanto las pagadas como las no remuneradas.
El epígrafe de las horas no pagas llega a suponer millones de horas cuando se analiza en términos absolutos. Sin embargo, sería un error pensar que hablamos de un problema de gran alcance, puesto que esta cifra supone alrededor del 1% del total de horas trabajadas en nuestro país.
No solo eso: aunque el gobierno introdujo el control de horarios para luchar contra las horas extra no remuneradas, lo cierto es que parte importante de estas extensiones de la jornada ordinaria (entre la mitad y dos tercios) se traducían en horas extra remuneradas que permitían a muchos trabajadores aumentar su sueldo efectivo.
Caen las horas extra (remuneradas y no remuneradas)
Nada más introducirse el control de horarios, los datos del Instituto Nacional de Estadística constataron una caída en el número de horas extra realizadas por los asalariados españoles. En total, la caída observada entre abril y junio de 2019 fue del 11,8%, con un descenso del 19% en las horas extra remuneradas y del 2,5% en las horas extra no remuneradas.
Más recientemente se han publicado los datos referidos a las horas trabajadas por los asalariados de nuestro país durante el tercer trimestre del pasado curso. Según el INE, las horas extra remuneradas han retrocedido entre julio y septiembre un 13% en relación al mismo periodo del año anterior, mientras que las horas extra no remuneradas caen otro 11%, dejando el saldo total en un descenso del 12% y confirmando que, en efecto, "pagan justos por pecadores".
Es significativo que se produzca un descenso tan acusado porque, de hecho, el volumen de horas extra remuneradas había subido año tras año desde 2012, con la salvedad del curso 2016. Entre el tercer trimestre de 2017 y el de 2018, este epígrafe había aumentado un 30%, mientras que de 2018 a 2019 se ha producido el ya citado descenso del 13%.