Las malas relaciones entre la organización del Mobile World Congress y el Ayuntamiento de Barcelona han hecho que vuelvan a surgir rumores de un posible traslado de la sede de dicha convención. La Comunidad de Madrid no se ha quedado al margen de este debate y ha hecho saber, por boca de su presidenta Isabel Díaz Ayuso, que se lanzaría a por el MWC en el caso de que dicho congreso optase por cambiar su ubicación.
Ada Colau, regidora de Barcelona, ha declarado que Díaz Ayuso ha demostrado "improvisación" y "un gran desconocimiento de cómo funcionan los grandes eventos de éxito". Desde la Comunidad de Madrid prefieren evitar que la polémica vaya a más, pero tienen claro que las palabras de la alcaldesa de la Ciudad Condal denotan una profunda ignorancia de la realidad y la capacidad económica, organizativa y logística de Madrid, que no solo es comparable a la de Barcelona sino que, según muchos indicadores, es incluso superior.
Precisamente la pasada semana se celebraron en la capital los cuarenta años de IFEMA. La Feria de Madrid se ha convertido en un motor para las convenciones, hasta el punto de que Madrid es ya la tercera ciudad que más congresos acoge en todo el mundo, solo por detrás de París y Viena, según el ranking de la International Congress and Convention Association (ICCA). Dicha tabla deja a Barcelona en segundo lugar.
El MWC sería toda una inyección para el mercado madrileño, puesto que en cuatro días moviliza a más de 109.000 asistentes y genera un impacto económico de 473 millones de euros. No obstante, sería absurdo pensar que Madrid se vería desbordado por un encuentro así: FITUR mueve 253.490 participantes, Madrid Games Week moviliza a 139.231 asistentes, Salón Gourmet despacha a 107.000 profesionales, ARCO recibe a 100.000 personas… Por lo tanto, Madrid ya acoge muchos congresos mayores o similares en cuanto al número de visitantes.
De igual modo, la Cumbre del Clima COP-25 celebrada este mismo invierno ha demostrado que Madrid puede organizar en dieciocho días un evento que Chile había preparado en dieciocho meses. Algo parecido ocurrió con la Final de la Copa Libertadores de fútbol 2008, un encuentro que pasó de un encuentro suspendido en Buenos Aires a un exitoso partido en Madrid con apenas diez días de plazo.
Si se trata de movilidad, los datos de enero a noviembre del pasado año son claros: el aeropuerto de Barajas gestionó 61,7 millones de pasajeros, 9 más que El Prat; el Metro de Madrid despachó 619,4 millones de viajeros, frente a los 377,3 millones del suburbano de la capital catalana; la red de autobuses de la Villa y Corte ha movilizado a 407,1 millones de personas, frente a los 207,9 de la Ciudad Condal; etc.
Y, si la seguridad es el problema, los datos disponibles también son certeros. En 2018, Barcelona tuvo una tasa de 120 delitos por cada 1.000 habitantes, frente a los 75 de Madrid. Además, en los tres primeros trimestres del pasado año vemos que los homicidios y asesinatos bajaron un 53% en Madrid pero subieron un 67% en Barcelona.
Seis ideas fuerza
La Comunidad de Madrid tiene claro que su apuesta por el MWC podría salir adelante si los organizadores de la convención optasen por buscar otro destino. El gobierno de Díaz Ayuso esgrime seis ideas fuerza cada vez que trata de hacer valer el modelo madrileño ante inversores o empresas que estudian su llegada a la capital:
- Estabilidad institucional para la iniciativa privada. El predominio político del centro-derecha desde la primera mitad de los años 90 hasta la actualidad ha hecho que Madrid se consolide como un mercado estable, una condición esencial para inversores y empresarios. Esto ha contribuido a que Madrid recibiese en 2018 el 82% de la inversión extranjera que llegó a España o a que, entre enero y noviembre de 2019, se creasen 20.247 nuevas sociedades en la región, lo que supone el 23% del total.
- Crecimiento económico y solvencia fiscal. La autonomía de la capital de España ha encadenado 75 meses de crecimiento ininterrumpido y en 2019 siguió aumentando su PIB a un ritmo cercano al 3%, muy por encima del 2% esperado para el conjunto nacional. En clave fiscal, Madrid es la tercera comunidad con menos deuda (asciende al 14%, frente al promedio nacional del 21%) y la región con los impuestos más bajos.
- Capital humano. Madrid también se presenta como un mercado con trabajadores altamente cualificados (el 50% de su población activa tiene título universitario, frente al promedio de la Unión Europea del 34%) que bebe de un polo universitario que integra quince centros de educación superior y cuatro de las mejores escuelas de negocios del mundo.
- Infraestructuras. La dotación de infraestructuras de la capital también es otro activo clave. El aeropuerto, vital para este tipo de eventos, gestiona el quinto mayor nivel de pasajeros y mercancías de toda Europa. La red de Metro y autobuses o la libertad de usar taxi o VTC son otros argumentos a favor. Además, IFEMA es líder nacional en organización de congresos y el parque hotelero de la capital está en plena efervescencia.
- Liderazgo en I+D y emprendimiento. Alrededor del 26% del gasto en Innovación y Desarrollo realizado en España se concentra en la CAM, con tasas de crecimiento anual que superan el 6%. Se trata, además, de la segunda región europea con mayor nivel de empleo vinculado a la tecnología, ocupando a 236.500 personas en industrias o servicios high tech. Además, la autonomía es uno de los principales polos de creación y lanzamiento de empresas, con especial fuerza en el sector de las fin tech.
- Ocio, cultura y estilo de vida. La región de la capital también esgrimiría aspectos relevantes para la experiencia de los visitantes, como la seguridad, la amplia oferta de ocio, su popularidad en el circuito de compras o su patrimonio histórico.