El Gobierno de Pedro Sánchez saca pecho de que España se haya convertido en uno de los países pioneros en aprobar la surrealista declaración de Emergencia Climática nacional. Así lo acordó ayer martes el Ejecutivo formado por PSOE y Podemos, en el Consejo de Ministros donde dieron luz verde a tomar acciones para atajar la supuesta situación de urgencia medioambiental que sufre nuestro país.
Entre las medidas más destacadas que el Gobierno quiere llevar a cabo se encuentra la descarbonización del país, la subida de los impuestos al diésel y la obligación a todos los municipios de más de 50.000 habitantes de establecer zonas de bajas emisiones limitadas al tráfico.
Pero mientras el Gobierno de Pedro Sánchez aprobaba su gran medida ecológica, en Davos, a la joven activista Greta Thunberg el concepto de "emergencia climática" debía de parecerle poco, y llamó a luchar contra el "apocalipsis" que estaría por venir. La joven sueca fue una de las ponentes de una charla con el tremendista título de Averting a Climate Apocalypse (Evitar el Apocalipsis Climático). Como suele ser habitual en la adolescente ecologista, Greta culpó a los políticos de no tomas medidas contra el calentamiento global y exigió el fin inmediato de los combustibles fósiles.
Mientras Greta acaparaba toda la atención de la gran cita climática, uno de los más críticos con su visión radical del medio ambiente fue el presidente de EEUU, Donald Trump, que arremetió contra los "profetas de la fatalidad" y que vaticinan el "apocalipsis". En una clara referencia a la charla en la que participó Greta, Trump añadió que "estos alarmistas siempre quieren lo mismo: poder absoluto para dominar, transformar y controlar todos los aspectos de nuestras vidas".
"Nunca dejaremos a los radicales socialistas destruir nuestra economía o erradicar nuestra libertad", ha dicho el mandatario estadounidense en un discurso en el que también ha presumido de que su país tiene en este momento el "aire más limpio de los últimos cuarenta años".