La Tasa Google anunciada por el gobierno francés y propuesta también por el Ejecutivo español podría pasar a la historia antes incluso de ser implementada. La presión del presidente estadounidense Donald Trump ha logrado que el Elíseo "congele" la entrada en vigor del gravamen, mostrando el camino de lo que podría ocurrir si el gobierno español sigue el mismo camino de ida y vuelta recorrido por el mandatario galo, Emmanuel Macron.
El primer pago del impuesto había tenido lugar el pasado mes de noviembre, mientras que el segundo debía materializarse el próximo mes de abril. Sin embargo, París ha reaccionado ante las presiones de Washington, que amenazó con introducir aranceles a productos de importación francesa al entender que el impuesto digital golpeaba directamente a las tecnológicas de Silicon Valley.
Esta semana, el gobierno de Francia ha comunicado que dejará el tributo en barbecho, a la espera de un acuerdo global coordinado por la OCDE. La cancelación del pago previsto para abril supone un alivio millonario para el sector tecnológico, donde muchas de las empresas afectadas eran grandes compañías tecnológicas con sede en Estados Unidos.
La respuesta de Donald Trump a la aplicación del tributo fue de lo más contundente, puesto que el arancel anunciado a los productos de importación originados en Francia llegaba a elevar un 100% el coste de entrar en el mercado norteamericano. Además, la recaudación derivada de tales impuestos fronterizos habría alcanzado los 2.200 millones de euros, por encima incluso de los ingresos que Macron esperaba lograr con su Tasa Google.
Francia pretendía que el tributo digital restase un 3% a la facturación de compañías de raíz tecnológica con ventas de más de 750 millones de euros en todo el mundo. Aunque el Elíseo insistió en que no se trataba de un golpe dirigido a la industria de Silicon Valley, lo cierto es que el gravamen se conoce popularmente como el Impuesto GAFA, un acrónimo de Google, Amazon, Facebook y Apple.
Las negociaciones entre ambos gobiernos han contado con la mediación de Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, y han estado comandadas por el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, y el titular de Hacienda en el gobierno norteamericano, Steve Mnuchin. De cerrarse un acuerdo, París se ha comprometido a devolver a las tecnológicas el pago realizado el pasado mes de abril.
Calviño insiste
Mientras tanto, este miércoles en Davos, la vicepresidenta tercera para Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado que España no piensa renunciar a implantar un impuesto digital a la espera de que la OCDE defina una "buena" propuesta en el ámbito internacional.
Calviño, en declaraciones a la prensa desde el Foro de Davos, ha explicado que este impuesto está incluido en el programa electoral del PSOE y que ya se aprobó en la anterior legislatura, aunque finalmente decayó, por lo que el Gobierno no renuncia a implantarlo.
El gobierno de Pedro Sánchez prevé recaudar en un año un monto equivalente a lo que genera en tres años un tributo similar aplicado por Reino Unido. Los 1.200 millones previstos por el Ejecutivo socialista de nuestro país fueron criticados por numerosos analistas que consideran que el potencial recaudatorio del tributo es mucho menor.