Activista por los derechos de los animales, vegano, antiespecista y ecologista. Así se define el nuevo director de Protección y Bienestar Animal, Sergio García Torres, nombrado por la Vicepresidencia Segunda de Derechos Sociales de Pablo Iglesias. Se trata de un alto cargo público creado por Podemos y hasta ahora nunca visto. El animalista se ha convertido en la primera persona en desempeñar un cargo de estas características, y su intención es clara: eliminar las competencias autonómicas en esta materia para transferirlas a una única oficina, la suya, la de Podemos.
García tendrá así más poder y mayor potestad para legislar en orden a los dictados de su biblia animalista que va publicando en sus redes sociales. Sus ataques al mundo de la ganadería son conocidos. El político asegura que "la leche no es necesaria" y que "somos el único mamífero que roba leche a otra especie".
El entorno rural ya se ha echado a temblar, según fuentes consultadas por este diario, tras darse a conocer que el activista está dentro de las instituciones del Gobierno español. Y, no es para menos. Una de las tesis defendidas por el nuevo director de Bienestar Animal es la subida de impuestos a la carne. De producirse, el impacto en el sector sería catastrófico. De hecho, no es nada nuevo la postura de Sergio García con respecto a las granjas ganaderas. Según la ideología vegana, son altamente contaminantes por el metano que desprenden. Sus deseos pasarían por aplicar nuevas leyes de carácter prohibicionista vía administración estatal.
Contra la España Vaciada
Ganaderos y cazadores temen que las nuevas regulaciones de Podemos que desde su ministerio de Asuntos Sociales pretende implantar, acaben finalmente por vaciar aún más la España sin mar. Álex N. Lachhein, naturalista y divulgador medio ambiental, es muy crítico con los propósitos que la extrema izquierda guarda para los habitantes de la meseta.
"A Pablo Iglesias o Sergio García se les llena la boca con los problema de la España Vaciada. Sin embargo, para que la España Vacía se llene, los políticos tienen que ser respetuosos con los usos y aprovechamientos naturales que hemos heredado de nuestros abuelos. Hay que decir que España es el país con mayor biodiversidad de Europa. Tenemos en proporción a cualquier otro territorio, una mayor cantidad de animales y vegetales. España es un 90% coto de caza. Si tan malas personas son los cazadores y ganaderos, no seríamos testigos de las excelentes condiciones en las que se encuentra la naturaleza. Sinceramente, los perfiles como García suponen un peligro. Va a a ir a por los ganaderos", explica el experto a Libre Mercado.
En este sentido, Lachhein desmiente rotundamente que la ganadería sea más contaminante que la agricultura por la que abogan únicamente los veganos. "Es cierto que el metano emitido en las granjas es uno de los gases con más poder calorífico. Pero también es cierto que sumando los cinco gases de efecto invernadero, no llegan ni al 0,50% de la composición general de la atmósfera. Es una cantidad irisoria, por lo tanto, ningún gas de efecto invernadero va a cambiar el clima, las tesis de Podemos son una falacia", afirma el naturalista.
El fin de la industria alimentaria
Otro de los argumentos del nuevo cargo de Bienestar Animal es el de atribuir derechos completos jurídicos a los animales. Esto acarrearía el fin de la industria alimentaria, tal y como la conocemos. Para cazadores o profesionales del circo tradicional, el veganismo de García promueve una ideología impositiva que nada tiene que ver con el vegetarianismo.
En una de sus múltiples afirmaciones, el nuevo director de Bienestar Animal, alega que el ser humano tiene que "minimizar su huella en el medio ambiente ya que es una especie destructiva". Para Lachhein, el movimiento eco-animalista está sustentado en las bases del marxismo cultural y tiene un cariz extremista y dogmático.
"La corriente moralista del político, Sergio García, pretende acabar con la dieta omnívora. Esto supondría el fin de la gastronomía de Occidente, y la destrucción de miles de empresas y multinacionales con el consiguiente aumento del desempleo. Los veganos saben que no lo van a hacer de un día para otro. Lo van consiguiendo por la puerta de atrás como decía el presidente comunista del partido italiano Antonio Gramsci, ¡el camino largo! Es decir, como no se logra imponer el marxismo mediante la política económica, se hará socavando los cimientos culturales de una sociedad que vive muy cómoda", espeta el experto.
"En definitiva, decirle a la gente que está mal comerse un chuletón es ir en contra de la historia de nuestra civilización puesto que éramos animales cazadores. No se puede legislar contra los que nos proporcionan la comida a las ciudades, los trabajadores del campo", finaliza el naturalista.