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Alarma entre las patronales por la subida del IVA a la 'comida basura': "Afecta a los más desfavorecidos"

Alberto Garzón podría elevar el IVA de los productos procesados y la comida rápida al 21%.

Alberto Garzón podría elevar el IVA de los productos procesados y la comida rápida al 21%.
Alberto Garzón | EFE

El nuevo ministro de Consumo, Alberto Garzón, ya ha encontrado los primeros productos que quiere que los españoles dejen de consumir: empezará por la comida basura. PSOE y Podemos incluyeron este objetivo en el pacto de Gobierno que firmaron a finales de diciembre, y le han encomendado al líder de Izquierda Unida la declaración guerra a estos alimentos. En uno de los apartados del acuerdo, titulado los Derechos de las personas consumidoras, Iglesias y Sánchez pusieron por escrito su objetivo de "reducir el impacto de la comida basura, al establecer obligaciones claras en el etiquetado, que deberá reflejar la calidad de los productos conforme al modelo del semáforo nutricional, así como una revisión de la fiscalidad de los alimentos ultraprocesados o ricos en grasas y azúcares", rezaba el documento.

El pasado fin de semana, en un entrevista en La Sexta, Alberto Garzón confirmó sus intenciones de elevar los impuestos a esta categoría de productos. "Lo estamos estudiando. No solo tiene que ver con la fiscalidad, también con la conciencia y con el etiquetado", aseguró el nuevo ministro. Preguntado sobre si su plan consistiría en subir el IVA de estos productos del 10% al 21%, Garzón no lo descartó, y se limitó a decir que "estamos avanzando, pero ha pasado una semana desde que llegamos. En dos o tres semanas haremos los primeros anuncios". La mayoría de los productos de alimentación están gravados en España con un IVA del 10%, exceptuando bienes considerados de primera necesidad, como el pan, los huevos, la leche, la fruta o las verduras, que tienen un gravamen del 4%. Además del IVA, el vino, la cerveza o las bebidas espirituosas soportan Impuestos Especiales.

"Disminuirá la renta de los ciudadanos"

La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) no da crédito ante la amenaza tributaria de Garzón y apunta su afán recaudatorio. El director general de la patronal, Mauricio García de Quevedo, declara a Libre Mercado que "no hay evidencia científica de que ese tipo de medidas sean eficaces porque desde la fiscalidad no se cambian hábitos y comportamientos. Consideramos por tanto, que este tipo de medidas tiene un carácter recaudatorio que solo tiene como efecto disminuir la renta de los ciudadanos, especialmente a los de rentas más desfavorecidas".

Y es que para justificar sus propuestas, Garzón llega a relacionar la comida rápida con "un elemento de clase, porque la gente más pobre consume peor comida", según reflexionó. Es llamativo que pretenda proteger a los más pobres encareciéndoles los productos que consumen.

Desde FIAB recuerdan que "los problemas de salud dependen de muchos factores relacionados con hábitos de vida saludables, no solo con la alimentación" y apelan también a la responsabilidad individual del consumidor con su salud. "Defendemos la formación y la información al consumidor, una dieta variada y equilibrada basada en evidencias científicas y el sentido común de los consumidores, que permita satisfacer las necesidades nutricionales sin incurrir en excesos calóricos, así como la práctica de actividad física y estilos de vida saludables que incluyen la lucha contra el sedentarismo, la cronodisrupción, el estrés y otros factores asociados a la obesidad y el sobrepeso. Por otra parte, hay que resaltar que nunca como ahora ha habido una oferta de productos tan segura, variada y adaptada a los gustos, necesidades y la capacidad adquisitiva de los ciudadanos", recuerdan.

¿Qué es comida basura?

García de Quevedo critica además que PSOE y Podemos usen el término comida basura para llevar a cabo "una posible subida de impuestos a algunos alimentos con el argumento de mejorar la salud pública". El director general de FIAB cree "que los términos comida y basura son incompatibles".

Además de la larga lista de productos ultraprocesados o azucarados que se venden en el supermercado y que podrían sufrir un aumento de impuestos, si hay un sector en peligro por los planes de Garzón son las cadenas de restauración de comida rápida. Fuentes del sector de las franquicias creen que este anuncio ha generado una "gran incertidumbre" entre las marcas y están a la espera de que el ministro Garzón defina "a qué le llama exactamente comida basura". Las mismas fuentes declaran que "McDonald's o Telepizza cumplen estrictamente los estándares de calidad establecidos en Europa, por lo que no deberían ser calificadas así".

Regiones como Cataluña ya intentaron implantar en el pasado una tasa a las bebidas azucaradas, que fue tumbada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en 2019, y partidos como el de Errejón, Más País, también lo llevaban en su programa. Francia y Noruega han elevado la fiscalidad para limitar el consumo de hamburguesas, patatas fritas o golosinas, por lo que no es de extrañar que el impuesto de Garzón afecte a un amplio abanico de productos en España.

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