El pez koi, originario de Japón, es la especie acuática más cara del mundo y cada año se celebra en el país nipón la feria All Japan Koi Show. Allí se muestran los ejemplares más grandes, los más sorprendentes y los más bonitos. Posteriormente, se celebra una puja en la que se han llegado a pagar autenticas millonadas por tan solo un pez de esta especie.
Lo curioso es que el valor no está relacionado con el sabor del pez, ya que el koi no suele servir para comer. Es un pez doméstico, una mascota. La razón por la que se paga tanto por estos peces tiene que ver con su estética, son dorados, y con su escasez, hay muy pocos ejemplares en el mundo.
Los koi comenzaron a criarse en el siglo XVIII en Japón cuando los agricultores nipones descubrieron la belleza y rareza de estos peces. Comenzaron a cruzar especies, hasta que surgió el koi. Desde que nació la especie, los japoneses se han tomado muy en serio la crianza de estos animales para uso doméstico. De hecho, son muy habituales las competiciones de peces koi en el país. En esas ferias se suele valorar la belleza, el tamaño, el aspecto saludable y otras muchas más características. Algo similar a las ferias de caballos que se realizan en España.
Como ocurre con los caballos o con los perros, el valor de este animal recae en la pureza de su linaje. En el pedigrí. En el caso de los caballos, por ejemplo, un ejemplar que sea pura raza cuesta más de 10.000 euros. Algo parecido sucede con los peces koi. Aunque se puede comprar uno por pocos dólares, si se busca la pureza de la raza el precio se dispara.
El pez más caro del mundo
En la última feria celebrada en Japón se vendió el pez vivo más caro del mundo. Una mujer decidió pagar 1,6 millones de euros por él. El animal en concreto mide 99 centímetros de largo y fueron muchos los que participaron en la puja. Sin embargo, una coleccionista de peces koi, apellidada Yingying, se hizo con el ejemplar.
Aunque pueda parecer una locura, la compra de este pez puede ser todo un negocio. El animal en concreto es una hembra capaz de producir 500.000 huevos al año, de los cuales 5.000 podrían ser vendidos anualmente a las piscifactorías niponas encargadas de la crianza de los koi. Sin embargo, se desconoce por cuánto dinero puede vender cada huevo la coleccionista.