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PSOE y Podemos quieren subir el IVA a la comida rápida

Francia y Noruega cuentan con impuestos especiales para limitar el consumo de la conocida fast food.

Francia y Noruega cuentan con impuestos especiales para limitar el consumo de la conocida fast food.
Restaurante de hamburguesas Five Guys en Madrid | David Alonso Rincón

El Gobierno de coalición formado por el PSOE y Podemos ya tiene un nuevo enemigo: la comida basura. Según se desprende del acuerdo firmado por ambos, los dos partidos estudiarán diferentes medidas para desincentivar el consumo de la comida rápida. En otras palabras, subirán los impuestos de aquellos productos que no consideren saludables. De esta manera, se hace efectiva la medida que Unidas Podemos presentó en su programa electoral, que marcaba esta dirección. El texto acordado reza lo siguiente:

Reduciremos el impacto de la comida basura, al establecer obligaciones claras en el etiquetado, que deberá reflejar la calidad de los productos conforme al modelo del semáforo nutricional, así como una revisión de la fiscalidad de los alimentos ultraprocesados o ricos en grasas y azúcares. Además, se impulsará que la compra pública de alimentos para comedores escolares o de hospitales sea un modelo de alimentación de calidad y de cercanía.

El ministerio encargado de revisar la fiscalidad de estos productos, que según el acuerdo incluye a los "alimentos ultraprocesados o ricos en grasas y azúcares", será el de Consumo, liderado por Alberto Garzón. Por el momento, se desconoce cuánto podrían subir los impuestos de este tipo de comida, pero el Parlamento de Cataluña ya pidió al Gobierno de España elevar el IVA entre un 10% y un 21% a los "alimentos insanos".

El documento firmado por los dos partidos de izquierdas señala que el objetivo es "reducir el impacto de la comida basura". Para ello, además de subir el IVA de estos productos también se incluirá el conocido como "semáforo nutricional", que pretende señalar en el etiquetado de una forma más clara los perjuicios para la salud que tienen estos productos. La idea del semáforo nutricional está siendo estudiada por el ministerio de Sanidad y pretende poner colores y letras a todos los productos para indicar si son sanos o no lo son.

En el País Vasco, este debate comenzó hace unos meses y el Departamento de Salud está encargado de estudiar subir los impuestos a los alimentos cargados de azúcar y sal, y a la comida basura en general. "No puede ser que un donuts cueste menos que una manzana", señaló Nekane Murga, consejera de Salud. Por el momento, se ha quedado solo en fase de estudio y no se ha transformado en norma.

En Cataluña por su parte, se aprobó un tributo para aumentar la fiscalidad de las bebidas azucaradas, que obligaba a las empresas a autoliquidar trimestre tras trimestre el Impuesto sobre Bebidas Azucaradas Envasadas (IBAE) ante la Agencia Tributaria de Cataluña. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) declaró nulo este impuesto.

Este tipo de impuestos están siendo estudiados y, en algunos casos, aplicados en varios países de Europa. Francia y Noruega tienen impuestos especiales para limitar el consumo de hamburguesas, patatas fritas y otros productos de elaboración rápida. Venecia ha frenado la apertura de nuevos locales que venden este tipo de comida y Londres propuso prohibir los anuncios de las cadenas de comida rápida en la ciudad para luchar contra la obesidad.

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