PSOE y Podemos siguen configurando las líneas básicas del gobierno de coalición que esperan conformar en las próximas semanas. Como explicó Libre Mercado, una de las medidas centrales del plan económico acordado por socialistas y comunistas será una fuerte subida de los impuestos aplicados a las rentas altas.
Sin embargo, la evidencia de experimentos pasados y la realidad económica y fiscal de dicho grupo de contribuyentes invita a pensar que los planes de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias van a tener un efecto muy distinto al deseado por sus impulsores, esencialmente por las cinco razones que se exponen en los párrafos siguientes.
1. España ya es un infierno fiscal para quienes mas ganan.
La suma de IRPF, IVA y cotizaciones sociales soportada por los trabajadores de mayor renta de nuestro país ronda el 66%. A esta tributación hay que sumarle la aplicación de dos tributos sobre la riqueza que ya han sido abolidos en buena parte del mundo desarrollado: a saber, el Impuesto de Sucesiones y el Impuesto de Patrimonio. No solo eso: el umbral a partir del cual se aplican los tramos superiores del IRPF es mucho menor en España que en otros países de nuestro entorno (65.000 euros en el caso español, frente a 83.000 en Italia, 170.000 en Reino Unido, 230.000 en Grecia, 265.000 en Alemania, 280.000 en Portugal o 560.000 en Francia).
2. Las rentas altas ganan hoy menos que antaño.
La Encuesta de Estructura Salarial pone de manifiesto que los altos cargos de las empresas españolas tienen hoy un sueldo manifiestamente inferior que antes de la crisis. Para ser precisos, se estima que directivos y gerentes han perdido 13.000 euros de poder de compra durante los últimos doce años. Si centramos el tiro en el 1% de trabajadores de mayores ingresos, el desplome es más pronunciado: de 245.000 a 145.000 euros de renta bruta anual.
3. El grueso de los impuestos ya sale de quienes más ganan.
Los trabajadores con rentas de más de 30.000 euros representan apenas el 20% del total. Sin embargo, su aportación en concepto de IRPF es tan elevada que supone casi el 75% de la recaudación total del impuesto. Por el contrario, el 40% de los asalariados genera apenas el 1% de los ingresos que obtiene Hacienda por dicho tributo. En términos monetarios, los españoles que más ganan pagan 510.000 euros al año por IRPF, frente a los 4.000 de un sueldo medio.
4. El fiasco de la "caza a los ricos" de ZP.
No hay que olvidar que, en su anterior paso por el poder, el PSOE apostó por elevar en un punto el IRPF aplicado a los trabajadores con ingresos de entre 120.000 y 175.000 euros y por aumentar en dos puntos el Impuesto sobre la Renta exigido a quienes perciben más de 175.000 euros. En paralelo, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero apostó por recuperar el Impuesto de Patrimonio, que fue asumido nuevamente por todos los gobiernos regionales, salvo Madrid. ¿Cuál fue el resultado? En el IRPF, la recaudación subió apenas un 0,18%, mientras que en el Impuesto de Patrimonio solo se consiguieron unos ingresos equivalentes al 0,6% de la recaudación total anual.
5. La elasticidad de las bases imponibles.
Las investigaciones que se han realizado al respecto muestran que las rentas altas reaccionan ante las subidas de impuestos con estrategias de optimización fiscal. Según José Félix Sanz, un aumento del 1% se traduce en una merma de ingresos del 3,6%. También Carlos Díaz-Caro y Jorge Onrubia reflejan en sus trabajos que un aumento de los impuestos aplicados a quienes más ganan tiene el efecto de reducir los ingresos tributarios conseguidos entre dichos contribuyentes.