Cataluña volverá a tener presupuestos autonómicos tres años después, pero a costa de un incremento de los impuestos pactado por ERC y los comunes, la versión catalana de Unidas Podemos, con la bendición, si bien a regañadientes, de Junts per Catalunya (JxCat). Así, Cataluña será la región española con la presión fiscal más alta, donde más IRPF pagan quienes ingresan entre 16.000 y 30.000 euros al año. Además, subirá el tipo autonómico de quienes ingresen más de noventa mil euros anuales, que pasará del 21,5% al 23,5%. En cuanto a quienes ingresen más de 120.000, tendrán que afrontar un tipo del 24,5%, un punto más que en la actualidad.
Según independentistas y comunistas, esas subidas servirán para reducir la carga fiscal de quienes tengan una base imponible inferior a 12.450 euros, unas 250.000 personas que representan menos del diez por ciento de los contribuyentes en Cataluña.
Mientras, se duplica el Impuesto de Sucesiones para los herederos con un patrimonio preexistente de 500.000 euros. En el caso de una herencia de 250.000 euros, los beneficiarios habrán de afrontar un pago de 2.932 euros frente a los 170 actuales. Si la herencia es por un valor de 500.000 euros, el pago se dispara hasta los 20.000 euros cuando en la actualidad se pagaban 2.300. Si la herencia es de tres millones, la Generalidad se quedará medio millón.
El acuerdo también implica subidas en el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y en el de Actos Jurídicos Documentados para aumentar su recaudación en trece millones al año. También se incrementan las tasas turísticas de 2, 25 a 3,5 euros en Barcelona y 3 euros en el resto de Cataluña para los hoteles de cinco estrellas. En el caso de los cuatro estrellas, la tasa pasa de 1,1 a 1,7 euros.
Con estas subidas la Generalidad se mantiene en primera posición en el listado de presión fiscal por regiones y prevé ingresar algo más de quinientos millones de euros.