Desde hace un década en España, las discotecas están sufriendo un declive propiciado por el cambio de tendencias en el sector del ocio. Hasta 600 locales nocturnos han cerrado ya en todo el país desde 2010 hasta la fecha. Y el número va creciendo. Son espacios en extinción. Salir hasta altas horas de la madrugada ha pasado de moda. Las nuevas generaciones y sus aplicaciones para ligar y redes sociales han tenido que ver en la desaparición de la disco del pueblo, aunque también hay otros condicionantes para el decrecimiento económico.
La generación nacida en los 70 y principios de los 80 mantuvo viva las salas hasta finales de los 90. Ahora, los mismos que bailaban y hacían cola en la discoteca de la esquina quieren seguir saliendo pero de otra forma. Con copas, sentados, y si hace sol, mejor.
"Si un empresario actualmente se centra en el nicho de mercado de los jóvenes adolescentes o veinteañeros y abre una discoteca nocturna a partir de las doce de la noche, probablemente no tenga ningún éxito en su proyecto y yerre en la apuesta. El envejecimiento de la población y la caída de la natalidad han propiciado que los espacios de madrugada se vacíen. La juventud ha menguado y los que quedan no acuden a las discotecas como hicieron en los 80 y 90", transmite Vicente Pizcueta, portavoz de Empresarios de Ocio Nocturno y promotor de varias discotecas.
Los de 60 también salen
Los gustos son otros. Y donde unos ven la decadencia y el fin de una era discotequera, otros afrontan el desafío de nuevos negocios que cuentan con todos los ingredientes para que triunfen. "El ocio nocturno es cada vez más diurno. No hay ninguna duda de ello. La gente de 40, 50 y 60 años de edad quiere seguir saliendo, disfrutar, beber, escuchar música en directo o quedar para comer y probar nuevos platos. Hay una fusión entre ocio y gastronomía, y entre el día y la noche. Es el fenómeno del tardeo".
Madrid, Barcelona, Valencia y los archipiélagos se encuentran ya a la cabeza de la nueva etapa de locales de ocio reconvertidos a los hábitos de la población actual. "Vivimos una auténtica revolución similar a la que se vivió en la década de los 80. Durante aquella época todos los pueblos de España tenían una o dos discotecas. Hasta los municipios de mil habitantes contaban con su disco nocturna para confraternizar. Pero hay que reconocer que el panorama ya no demanda estos ambientes de madrugada. El ocio que apetece es de tarde noche por lo que hay miles de discotecas y pubs de copas que abren a partir de las cuatro de la tarde. Ya hay salas de conciertos que permiten entrar a las familias con sus hijos menores de edad y coexisten con decenas de cabarets o locales con burlesque, como las míticas salas Medias Puri o Tacones Manoli, que han sabido tomar el pulso a los nuevos tiempos", declara Pizcueta.
¿Efecto Tinder?
Es inevitable pensar que las redes sociales o aplicaciones de ligoteo como Tinder han podido contribuir a la caída de las discotecas. Sin embargo, Pizcueta no lo ve tan claro, aunque confiesa que en el mercado del ocio de la noche "ha notado que los jóvenes salen menos que antes".
"Hay que tener en cuenta que la digitalización de la sociedad se produce a todos los niveles. Ningún sector de la economía funciona igual que en la década de los 80. Ahora se puede ligar por las aplicaciones, pero la gente al final se quiere ver cara a cara. Es cierto que la frecuencia de las salidas ha disminuido, los jóvenes son más caseros. Antes las discotecas eran las plazas del pueblo. No podías ver a tu novio, compañero o amigos si no salías. Hablar con el teléfono fijo desde el salón de casa delante de tu familia con tu pareja no era nada cómodo. Actualmente, las nuevas generaciones pueden hablar con quién quieran en sus habitaciones en todo momento a través de su smartphone. Esto influye, pero afortunadamente siguen quedando porque las tecnologías nunca van a sustituir la necesidad de vernos físicamente", admite el empresario.
"Los jóvenes salen en menos ocasiones pero más intensamente, de ahí el repunte de los festivales de música en directo. Muchos empresarios del ocio nocturno se han desplazado a este nuevo segmento de mercado. Las nuevas generaciones abogan por vivir experiencias fuertes. Otro ejemplo son las scape room, siempre están llenas", revela el promotor.
El negocio del 'tardeo'
En datos de Fasyde, los conciertos matinales familiares, el aperitivo, la programación de espectáculos y la gastronomía van a marcar los próximos años de esplendor del ocio. De hecho, Pizcueta recomienda el negocio del tardeo como un nuevo nicho que cubrir. "Las empresas que han sabido reciclarse están creciendo a un ritmo acelerado y muy importante. Ahora mismo León, Cádiz, Alicante o cualquier provincia tienen que saber que los de 50 también quieren salir a divertirse".
Cabe destacar que el sector del ocio representa el 1,8% del PIB español con 20.000 millones de euros de facturación. Con respecto a la demanda social, hay más de 17 millones de españoles y 40 millones de extranjeros que consumen habitualmente ocio nocturno, según el último informe de 2019 de Fasyde.
"Hay demanda. Es un buen momento para invertir o abrir una disco o pub de tardeo. Las provincias deben tomar nota si ven que no va nadie ya a sus discotecas. Debido a su refundación del ocio, Madrid va camino de consolidarse como la capital del entretenimiento de Europa. Es un modelo a copiar", finaliza Pizcueta.