"Si esto sigue, el grupo tiene otras opciones, dispone de plantas en casi todos los países de Europa". Las palabras del presidente de Seat, Luca de Meo, en una entrevista en La Vanguardia hace poco menos de un mes, hicieron temblar a la industria del motor española. Es muy poco habitual que los grandes directivos hagan este tipo de avisos públicamente a no ser que su negocio esté atravesando por una situación verdaderamente delicada. Y este era el caso de Seat, que un día antes de estas declaraciones se había visto obligada a interrumpir la producción en su planta de Martorell (Barcelona) por el colapso en las carreteras y los problemas de movilidad que estaban provocando las protestas de los independentistas radicales en Cataluña tras la sentencia del procés.
"Como compañía tenemos la responsabilidad de evitar que nuestros trabajadores se queden bloqueados entre su domicilio y el centro de trabajo", publicaba Seat en un comunicado para explicar por qué suspendía su producción. Aunque el presidente de Seat intentaba matizar en la misma entrevista que su comentario "no es una queja ni una advertencia, sino un estado de ánimo", la lectura de que Seat estaba avisando de que podría irse de Cataluña fue inevitable.
Que Martorell dejara de funcionar sería un duro golpe para la economía española. En 2018, la fábrica de automóviles más grande del país y una de las más grandes de Europa cumplió los 25 años. La planta fue inaugurada en el año 1993, después de 34 meses de obras y tras una inversión por la friolera de 244.500 millones de pesetas (1.470 millones de euros). Desde entonces, Seat ha producido en estas instalaciones más de 10 millones de vehículos de un total de 39 modelos y versiones diferentes. Actualmente, salen de la planta el Seat Ibiza, el Seat Arona, el Seat León y el Audi A1.
Al igual que en Martorell se fabrica un modelo de Audi, Seat también produce sus coches en otras de las plantas que el Grupo Volkswagen tiene repartidas por todo el mundo. Por ejemplo, el Seat Ateca se fabrica en Kvasiny (República Checa); el Tarraco, en Wolfsburgo (Alemania); el Alhambra en Palmela (Portugal) y el Mii electric, en Bratislava (Eslovaquia). Los nombres de estas plantas no deberían tomarse a la ligera, porque cuando Luca de Meo asegura que el grupo "tiene otras opciones" ante los actos de los radicales independentistas todo hace pensar que Seat podría llevarse su producción a alguna de ellas. La globalización y la estandarización de los procesos lo harían posible.
A los altercados por el vandalismo separatista del pasado noviembre, se le sumó a Seat, en esos mismos días, el incendio en la fábrica de su proveedor del salpicaderos Faurecia. Las instalaciones quedaron destruidas y la firma de automóviles tuvo que paralizar su producción varias semanas a falta de proveedor, lo que convirtió a noviembre en un mes agónico para la compañía. En general, el sector de la automoción está atravesando en 2019 por uno de los años más negros desde la salida de la crisis. Las ventas de vehículos ya han entrado en recesión debido a los cambios de hábitos de los consumidores y de la incertidumbre que generan las políticas anticoche y antidiésel que plantea el Gobierno de Pedro Sánchez. Cualquier ataque contra el sector, o contra Martorell, pone en peligro cualquier atisbo de recuperación.
Martorell: 2.000 robots en 400 campos de fútbol
Fue en el año 1993 cuando Seat llegaba a Martorell procedente de la Zona Franca de Barcelona, situada a 30 kilómetros de la fábrica nueva. En el año 1953, en pleno franquismo, el ya desaparecido Instituto Nacional de Industria (INI) creaba la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT), que empezaba a elaborar sus coches en esta Zona Franca. El INI era el propietario del 51% de las acciones de Seat, la banca española, tendría el 42% y Fiat , del 7% restante, como ya publicamos en Libre Mercado.
Los primeros coches en salir de Martorell fueron la segunda generación del Ibiza y el Córdoba, aunque durante estos 25 años se han fabricado prácticamente todos los modelos de la marca: desde el Toledo hasta el Altea. Además, la fábrica ha producido otras enseñas del Grupo Volkswagen, entre las que destacan el Polo o el Audi Q3.
Desde el traslado de Seat a Martorell, la planta ha ido creciendo hasta alcanzar una superficie total de 2.800.000 metros cuadrados. En la última década, su tamaño ha aumentado un 50%. En la actualidad, las macroinstalaciones de Seat pueden fabricar alrededor de 2.300 coches al día, lo que supone en torno a un 95% de la capacidad de utilización de la planta. En 2018. se fabricaron más de 474.300 coches en esta factoría y para este año, la compañía prevé superar ese número.
Con la evolución de las nuevas tecnologías, la realidad virtual, los robots, la impresión 3D o la realidad aumentada conviven con los cerca de 13.000 empleados de Martorell, una cifra nada desdeñable que supone un importante balón de oxígeno para el mercado laboral español. A continuación, algunos datos curiosos de la fábrica:
- Es la primera en España en recibir componentes a través de un dron.
- Martorell tiene más de 2.000 robots que ensamblan la estructura del coche y suponen alrededor del 10% de los robots industriales que hay en España.
- La superficie de la planta de Martorell equivale a 400 campos de fútbol.
- De la planta sale un coche nuevo cada 30 segundos.
- Los vehículos más fabricados de su historia son el Ibiza, el León y el Córdoba.